Visión de mujer
Por Elsy Melo Maya
elsy.ya@hotmail.com
La energía del amor vincula, reúne, anima, da fortaleza para continuar. Cuando esa energía está sana y activa, tenemos alegría, propósitos, motivos para seguir adelante, es una fuerza amplia que puede ir desde el hogar a los hijos, a la pareja, a las amistades, a la familia en general. Y por el contrario, cuando esa energía se rompe, la cotidianidad de la vida se transforma, se torna difícil, triste, complicada y hasta sin sentido.
Hace un año, el 3 de junio del 2021, lamentablemente tuve que experimentar como la energía del amor se lesionó gravemente, cuando perdí – físicamente- a mi padre Alberto Melo Saavedra, un ser excepcional, un padre ejemplar, capaz de construir una gran familia con principios y valores suficientes; un constructor de paz y de vida; un buscador de la verdad, con el poder de encontrar soluciones de la nada, cuando de ayudar se trataba; de impulsar talentos, de infundir confianza y así mismo, un hombre dispuesto a aprender del más humilde, de trabajar y de servir como el que más.
Y como lo dice la escritora Elsa Lucía Arango, “la gran tragedia del duelo sucede cuando el corazón se quiebra realmente, es decir, cuando tienen lugar los duelos más profundos”. Pues bien, su fallecimiento me había significado esa fractura profunda y es que, ante un duelo de gran significancia, “la vida se ve como una película, de la cual ya no se es actor ni se desea serlo”.
Pero ha sido justamente, el amor de mis hijas, mi esposo, y obviamente la vida y obra de mi padre y sus enseñanzas, las que sin dudarlo, nos encaminan a continuar, porque sus hijos, sus nietos y toda su familia somos su gran obra maestra y no seguir adelante con nuestros retos y emprendimientos, sería tanto como reconocer que los esfuerzos y sacrificios de toda su vida fueron inútiles e insuficientes.
Hoy en su honor, doy fe de ese hombre visionario como ninguno, comprometido con sus ideales, que no fueron otros diferentes a los de un ciudadano que se hizo a pulso, un autodidacta, un comprometido con las causas sociales, un señor a carta cabal, que lucho siempre por lo que consideraba, valía la pena en la búsqueda de un mejor bienestar para todos, cumpliendo así con lo que él mismo escribió para su biografía, meses antes de su partida: “Como padre de familia y hombre de hogar, considero que cumplí la misión de sacar adelante a una descendencia de la cual me siento orgulloso. Como mandatario que fui de esa pujante tierra sandoneña, se cumplieron los propósitos y se culminaron las obras impulsadas para beneficio general, con pulcritud y responsabilidad, destacando que en ninguna de ellas, se vulneraron los recursos del erario público; tengo la satisfacción de haber representado con dignidad, el interés de las comunidades y en especial de haber trabajado por los menos favorecidos.”
Sabemos que sigue presente, que contamos con él; siempre será nuestro padre, el ejemplo a seguir, nuestro héroe, nuestro orgullo eterno!!
Junio 6 de 2022
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