Foto: itahisa.info |
Tomado de
En 1870 la escritora estadounidense Julia Ward
convocó a todas las madres del mundo a rebelarse contra la guerra, en una
desgarradora proclama pacifista que mantiene su vigencia.
convocó a todas las madres del mundo a rebelarse contra la guerra, en una
desgarradora proclama pacifista que mantiene su vigencia.
La proclama convocaba a un Congreso
Internacional de Madres para promover alianzas entre diferentes nacionalidades
y el arreglo amistoso de cuestiones internacionales.
Internacional de Madres para promover alianzas entre diferentes nacionalidades
y el arreglo amistoso de cuestiones internacionales.
Las reacciones conservadoras lograron traducir
aquella propuesta en la celebración comercial del Día de la Madre que se ha
generalizado en buena parte del mundo.
aquella propuesta en la celebración comercial del Día de la Madre que se ha
generalizado en buena parte del mundo.
¡Levántense,
mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su
bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: ‘No permitiremos que
los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no
regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No
se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido
enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia’. Nosotras,
mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país,
como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos.
Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice
‘¡Desarma! ¡Desarma!’ La espada del asesinato no es la balanza de la justicia.
La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión.
mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su
bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: ‘No permitiremos que
los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no
regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No
se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido
enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia’. Nosotras,
mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país,
como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos.
Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice
‘¡Desarma! ¡Desarma!’ La espada del asesinato no es la balanza de la justicia.
La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión.
Julia Ward, Proclama del Día de las Madres,
1870
1870
El embrutecimiento de una sociedad (el
deterioro forzado de la empatía natural) es un requisito para la guerra, como
lo denunciaba Julia Ward en su olvidada proclama.
deterioro forzado de la empatía natural) es un requisito para la guerra, como
lo denunciaba Julia Ward en su olvidada proclama.
La Novela Itahisa de Atlantis describe una
sociedad matriarcal que impone límites a los actos de agresión y de violencia,
mostrando cómo sería una civilización no embrutecida.
sociedad matriarcal que impone límites a los actos de agresión y de violencia,
mostrando cómo sería una civilización no embrutecida.
Nota completa: