Tomado de www.expoartesano.com.co
Desde la vereda Ingenio, de Sandoná (Nariño), llegó por primera vez a Expoartesano para mostrar que la paja de iraca tiene posibilidades inagotables para la creación.
Belleza y utilidad son las dos premisas que guían el trabajo de Liliana Enríquez, una de las mujeres cabeza de hogar del grupo Artesanas del Ingenio, de Sandoná (Nariño). Un colectivo en el que se crean productos cuya materia prima es la paja de la palma de iraca, esa que aprendió a tejer a los 12 años y que hoy, a sus 45, le sirve para ganarse el sustento mientras la transforma en sombreros, bolsos, carteras, papeleras y canastos.
Cuando Liliana conoció ese material tenía solo un fin, el de fabricar sombreros; pero con el tiempo éste le demostró que es tan versátil como ella y sus compañeras quieran. Por eso se sientan juntas a imaginar cuál será el siguiente descubrimiento y cuáles serán las reacciones de sus clientes, esos que las animan y les dan ideas cada vez que se las encuentran en algún mercado.
“A veces nos dicen que lo que hacemos es hermoso y se sorprenden de que lo hagamos a mano, pero otras veces nos dan sugerencias para mejorar el producto”, dice Liliana, siempre consciente de que las recomendaciones se traducen en el éxito de su propuesta y las impulsan a ser más ambiciosas con las posibilidades de su material predilecto.
Es así como han desarrollado algunos tintes naturales, basados en semillas como la del nogal, y han explorado colorantes artificiales para alcanzar tonalidades que las diferencien de otros artesanos.
Pensar en los clientes y recibir asesorías de parte de Artesanías de Colombia, han hecho que ella y sus aliadas en esta aventura de creación le den mucha importancia a la utilidad porque, como explica, no tiene sentido poner todo el empeño en materializar una idea que solo se pueda admirar y no se pueda usar. De esa manera han creado un punto de encuentro entre la tradición y la innovación: un balance que les permite tener su propio sello.
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