Desde Nod
Por Alejandro García Gómez.
pakahuay@gmail.com
Viernes 26 de julio de 2017, Centro
Cultural Benjamín Carrión, Quito. Aprovechando que andaba en esa ciudad por
esos días y que un poeta quiteño amigo me había invitado a un homenaje
conmemorativo del natalicio del bardo ecuatoriano más reconocido -César Dávila
Andrade (1917) nativo de la conservadora Cuenca- realista casi como Pasto en el
proceso independentista de España.
Cultural Benjamín Carrión, Quito. Aprovechando que andaba en esa ciudad por
esos días y que un poeta quiteño amigo me había invitado a un homenaje
conmemorativo del natalicio del bardo ecuatoriano más reconocido -César Dávila
Andrade (1917) nativo de la conservadora Cuenca- realista casi como Pasto en el
proceso independentista de España.
El personaje principal del evento
era el poeta, claro está, y el homenaje se centraba en el lanzamiento del texto
“César Dávila Andrade, distante presencia del olvido” (Casa de la Cultura
Ecuatoriana), que recoge 11 ensayos sobre la obra del poeta, de escritores
ecuatorianos y de otros países, una cronología de su vida, un breve epistolario
y una selección de sus poemas.
era el poeta, claro está, y el homenaje se centraba en el lanzamiento del texto
“César Dávila Andrade, distante presencia del olvido” (Casa de la Cultura
Ecuatoriana), que recoge 11 ensayos sobre la obra del poeta, de escritores
ecuatorianos y de otros países, una cronología de su vida, un breve epistolario
y una selección de sus poemas.
El trabajo literario de Dávila
Andrade abarca los géneros poético, narrativo y ensayístico. La obra por la que
se le recordará “eternamente” en la literatura mundial de habla española –y
quizá en otras lenguas- es “Boletín y elegía de las mitas”, colosal poema que
en 286 versos, distribuidos en más de treinta estrofas, se convierte en una
cuenta de cobro, un memorial de agravios (conocí ese poema porque, en los
finales de mi adolescencia, mi amigo Luis Alberto Gómez me regaló una copia
mecanografiada en la forma de un cuadernillo, con ilustraciones pintadas con
colores escolares algunas y otras en sombra b/n, a lápiz).
Andrade abarca los géneros poético, narrativo y ensayístico. La obra por la que
se le recordará “eternamente” en la literatura mundial de habla española –y
quizá en otras lenguas- es “Boletín y elegía de las mitas”, colosal poema que
en 286 versos, distribuidos en más de treinta estrofas, se convierte en una
cuenta de cobro, un memorial de agravios (conocí ese poema porque, en los
finales de mi adolescencia, mi amigo Luis Alberto Gómez me regaló una copia
mecanografiada en la forma de un cuadernillo, con ilustraciones pintadas con
colores escolares algunas y otras en sombra b/n, a lápiz).
Allí el poeta se toma la vocería del
indígena contra el conquistador y colonizador español primero y, en ellos, con
los siglos de avasallamiento continuo no sólo de los gobiernos “blancos” o
mestizos post independentistas, de todas las sociedades excluyentes
ecuatorianas (y latinoamericanas, unas más y otras menos). Quienes deseen, en
internet se encuentra el poema, escrito y aun declamado. Es justo también decir
que algunas de estas versiones del poema y de las declamaciones falsean un poco
el texto básico, que lo publicó en su original completo la Biblioteca Sucre, de
Venezuela (1993), “César Dávila Andrade; Poesía, Narrativa, Ensayo”.
indígena contra el conquistador y colonizador español primero y, en ellos, con
los siglos de avasallamiento continuo no sólo de los gobiernos “blancos” o
mestizos post independentistas, de todas las sociedades excluyentes
ecuatorianas (y latinoamericanas, unas más y otras menos). Quienes deseen, en
internet se encuentra el poema, escrito y aun declamado. Es justo también decir
que algunas de estas versiones del poema y de las declamaciones falsean un poco
el texto básico, que lo publicó en su original completo la Biblioteca Sucre, de
Venezuela (1993), “César Dávila Andrade; Poesía, Narrativa, Ensayo”.
En los finales de su vida, su
inspiración torció en lo que ha dado en llamarse, por críticos y lectores
comunes, su poesía hermética, mucho menos conocida. Del porqué de esta actitud
suya se han columbrado diferentes posturas argumentativas, muchas relacionadas
con el trágico final de su vida, el suicidio en medio de un guayabo alcohólico
(“chuchaqui”, voz quichua, en el lenguaje ecuatoriano). Hay muchos que ha
preferido evadir el tener que cimentar explicativas razones. Uno de los ensayos
del texto hoy reseñado, quizá uno de los más interesantes y llamativos,
precisamente intenta tomar ese toro por los cuernos, y a fe que logra impactar
al lector. Su título “La palabra perdida de César Dávila Andrade o sobre cómo
leer su propuesta hermética”, del poeta y académico César Eduardo Carrión. Su
propuesta metodológica propone, “para valorar la lírica hermética daviliana,
urge describir un proceso histórico, compuesto de al menos tres estadios:
génesis, recepción y proyección” (pg. 107).
inspiración torció en lo que ha dado en llamarse, por críticos y lectores
comunes, su poesía hermética, mucho menos conocida. Del porqué de esta actitud
suya se han columbrado diferentes posturas argumentativas, muchas relacionadas
con el trágico final de su vida, el suicidio en medio de un guayabo alcohólico
(“chuchaqui”, voz quichua, en el lenguaje ecuatoriano). Hay muchos que ha
preferido evadir el tener que cimentar explicativas razones. Uno de los ensayos
del texto hoy reseñado, quizá uno de los más interesantes y llamativos,
precisamente intenta tomar ese toro por los cuernos, y a fe que logra impactar
al lector. Su título “La palabra perdida de César Dávila Andrade o sobre cómo
leer su propuesta hermética”, del poeta y académico César Eduardo Carrión. Su
propuesta metodológica propone, “para valorar la lírica hermética daviliana,
urge describir un proceso histórico, compuesto de al menos tres estadios:
génesis, recepción y proyección” (pg. 107).
Después de muchos argumentos,
Carrión propone unas pistas concluyentes sobre el panteísmo daviliano, que lo
relaciona con su poesía hermética (que posiblemente lo impulsaron al suicidio
en medio de un evento de depresión –hecho al cual era dado, al parecer)
combinada con la resaca alcohólica: “…el panteísmo de Dávila Andrade sugiere
una idea amorosa de la muerte, cuya función no es otra que la devolución del
individuo a su estado original de identificación plena con el universo” (pg.
121). Y esta otra, quizá definitiva: “La búsqueda del Absoluto, la muerte como
retorno a la Nada, y el destino (mortal) del ser humano, que se impone a pesar
de su voluntad de trascendencia, componen el núcleo temático del corpus
hermético daviliano” (pg.122).
Carrión propone unas pistas concluyentes sobre el panteísmo daviliano, que lo
relaciona con su poesía hermética (que posiblemente lo impulsaron al suicidio
en medio de un evento de depresión –hecho al cual era dado, al parecer)
combinada con la resaca alcohólica: “…el panteísmo de Dávila Andrade sugiere
una idea amorosa de la muerte, cuya función no es otra que la devolución del
individuo a su estado original de identificación plena con el universo” (pg.
121). Y esta otra, quizá definitiva: “La búsqueda del Absoluto, la muerte como
retorno a la Nada, y el destino (mortal) del ser humano, que se impone a pesar
de su voluntad de trascendencia, componen el núcleo temático del corpus
hermético daviliano” (pg.122).
Resta no más, recomendar ampliamente
su lectura.
su lectura.
Nota.- Respetuosamente, señor
alcalde Federico, el “regalo” en la Unidad deportiva Atanasio Girardot, que
motivó mi anterior artículo, “¡Arreglen los baños y abran las puertas en la UD
Atanasio Girardot!”, sigue ahí señor. ¿Usted no puede hacer nada? 27.IX.2018
alcalde Federico, el “regalo” en la Unidad deportiva Atanasio Girardot, que
motivó mi anterior artículo, “¡Arreglen los baños y abran las puertas en la UD
Atanasio Girardot!”, sigue ahí señor. ¿Usted no puede hacer nada? 27.IX.2018
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.
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