¿A quién debemos decirle doctor?

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Por Edith Morales
Gómez
Tomado de
La expresión “doctor”
técnicamente está reservada a aquellos profesionales que avanzan en estudios de
postgrado hasta obtener el doctorado en diferentes áreas del conocimiento, es
decir, las únicas personas que merecen ser llamadas “doctor”, son quienes
realizan estudios de alto nivel, llamados doctorados
y en Colombia hay muy pocos.
“Ni siquiera a los abogados es válido llamarlos “doctor”, porque ese título se
suprimió de los cartones de grado hace más de 35 años en que en efecto por esa
época se expedía el título de “doctor en Derecho” a los juristas y no en todas
las universidades”.

En Colombia la mayoría
de las personas acostumbran decirle “doctor” a otras que no lo son. Este falso
tratamiento generalmente se da a casi a todos los que han ido a las
universidades, basta con tener cualquier título, para incluso exigir que les digan
doctor
, lo que es rayar en la estupidez, las personas que hacen esa exigencia
se las dan de importantes, piensan que los demás les deben rendir pleitesía.
Por esta razón en este país, todo el mundo es “doctor”, el saber leer y
escribir  ya es un indicio y clara sospecha de que el individuo sea “doctor”.
El hecho de que se le
diga “doctor” a cualquier profesional se debe a las grandes desigualdades
sociales que tiene Colombia
, desde décadas anteriores muchos de los que viven
en el campo le han dicho “doctor” a los que viven en la ciudad, así es que la
“doctoritis” es una irracional tradición. Generalmente se le dice “doctor” a
los abogados, ingenieros, politiqueros, médicos y a muchos otros sin importar
el título que tengan, muchos son tratados de “doctor” sin ni siquiera un título
profesional, sólo porque ocupan un cargo que le han otorgado los politiqueros.
Hoy hasta un técnico, se le trata temerariamente de “doctor”, para no mencionar
a otras personas que a veces sin estudios universitarios, aceptan ese trato.
Muchos tontos se
sienten importantes cuando alguien les dice “doctor”, eso demuestra la pobreza
mental que tienen, porque algunos aun con título profesional, no son
competentes, lo que demuestra los grandes problemas que tiene Colombia a nivel
educativo
. Aunque hay que reconocer que en todos los gremios hay gente que es
excelente.
Muy pocos tienen el
acatamiento de decir: “a mí no me diga doctor” porque en esos casos sería
preferible llamar a las personas por el título, ingeniero, médico, abogado…
Sería una maravilla
que a todos los que se les dice “doctor” lo fueran, la verdad la sociedad los
necesita. Los doctores son una necesidad para todas las instituciones
académicas e industriales, porque quienes estudian a ese nivel son casi siempre
mejores personas, también son más humildes y tienen profundidad y globalidad en
conocimientos
. Pero lo esencial es su desempeño. Obviamente que deben ser
diferentes, dirigentes y ante todo con sentido humano.
La ridícula costumbre
de decirle “doctor” a cualquier pelele, es una tradición absurda, que debería
acabarse, lo más agradable es que cada quien trate a los demás con respeto
, sin
sentirse disminuido y sin tanta necedad, esos bobos que dicen: “a mi dígame
doctor”, que mejor se pongan a estudiar para que se merezcan ser llamados así.
Y a los que no les gusta que les digan “doctor” y que contestan: “más doctor
será usted, o qué me le robé”, por lo menos son más conscientes.

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