¿Afrodisíaco, mágico y curativo?

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Por Julián Bastidas Urresty
Facebook: jbastidasurresty
Tomado de narino.info
Al cuy, uno de los principales platos de la gastronomía nariñense, se le han atribuido varias propiedades, entre ellas que es afrodisíaco, mágico y curativo. Analicemos
cada una de ellas.

¿El cuy es afrodisíaco?
Al cuy se le atribuye propiedades que
estimulan el apetito sexual. En el Tercer Concilio de Lima (1582), presidido
por Santo Toribio de Mogrovejo, se trató de desarraigar entre los indígenas el
uso de la coca, los amancebamientos y las borracheras, la idolatría, las
supersticiones y “otros vicios” como el de consumir carne de cuy pues
propiciaba en el hombre y la mujer “liviandades e inclinaciones impropias“.
Autoridades en la materia consideran que hay razones para creer en las
cualidades excitantes del cuy debido a su alto contenido proteínico y al aporte
energético del licor que siempre está presente en el bacanal. “Un pilche de
chucunés  y un cuy asado en la tulpa, y a
nadie digas después, que yo tuve la culpa
El carácter mágico del cuy
En una crónica de 1575 se relata como un cuy
es sacrificado por los incas con fines propiciatorios. Se le extraía el corazón
para ofrecerlo al sol y a la luna, luego comían la carne cruda. Manuel  Barco, Shaman de Huancabamba, cuenta que los
incas se guiaban por las entrañas del cuy para decidir sus estrategias
guerreras. En la actualidad algunos curanderos usan cuyes de pelaje negro en
sus rituales de curación. La ceremonia consiste en un “lavado” durante el cual
se hace pasar el animal por el cuerpo del paciente para que absorba la
enfermedad
. Se le da al cuy una variedad de hierbas medicinales y cuando el
animal ha elegido comer una de ellas se la prescribe al enfermo. A continuación
el curandero sacrifica al cuy y examina sus entrañas para determinar la causa
de la enfermedad y la salud mental del paciente y la situación de su hogar y
familia.
El cuy se ha utilizado en algunas prácticas
relacionadas con la videncia y predicción del futuro. Cuando el animal presenta
gestos extraños, se asusta 
repentinamente, corretea por la cocina sin causa aparente, da saltos
acrobáticos y produce silbidos, es porque van a ocurrir hechos que cambiaran el
estado de ánimo de las personas. Según la tonalidad e intensidad, el silbido
del cuy tiene varios significados. Un sonido nostálgico presagia la muerte de
un familiar o un amigo cercano. Un alegre sanjuanito presagia un nuevo amor
. En
relación con los sueños, existen varias creencias. Soñar con un cuy vivo es
signo de buena suerte, significa prosperidad, buenas noticias, matrimonio a la
vista y muchos hijos en la familia. Soñar un cuy muerto es presagio de
tragedias. Si en el sueño se come cuy habrá problemas de pobreza y de hambre.
El poder curativo del cuy
El cuy tiene varias propiedades curativas. Un
caldo de cuy, según la sazón sirve para combatir el resfrío, infecciones de la
garganta, enfermedades pulmonares, debilidad, anemia, orzuelos, insomnio y
tuberculosis. Una copa de agua con cinco gotas de sangre de cuy negro y tierno,
cura la fiebre tifoidea y la artritis
. La sangre de cuy negro mezclada con vino
blanco sirve para afecciones cardiacas o males de corazón. La sangre de cuy
negro y tierno mezclada con una yema de un huevo y una pequeña cantidad de
harina de trigo y panela, alivia los dolores de cabeza. Tomar la hiel o bilis de
un cuy recién muerto cura el asma, el dolor de garganta, afina la voz, calma el
dolor de oído y combate la caída del cabello. Las heces del cuy sirven para
curar dolores de estómago, cólicos y estreñimiento. También se utiliza se lo
utiliza para tratar maleficios como el espanto, el agua de las tinieblas, el
mal viento, la lasipa, el mal de ojo, el mal viento, el soplado
. En las páginas
judiciales de un periódico de Quito se registraba la cura de una peligrosa y
contagiosa enfermedad: el embrujo de amor: “la curandera-dice el
periódico-  solicitó al paciente un cuy
vivo, una esperma, una botella de trago, una cajetilla de cigarrillos y las
siguientes hierbas: congono, tigrisillo, ishpingoy y canela. Tomó en sus manos
el cuy y comenzó a frotarlo en todo el cuerpo del paciente. Cuando llegó al
estómago, dijo “se murió el cuicito”, señalando así lo avanzado de la
enfermedad. Luego frotó un poco de trago en la cara del paciente; fumó un
cigarrillo y le echó el humo en todo el cuerpo”. En la noche, la curandera
sazonó el cuy con las hierbas, bebió la botella de aguardiente y fumó los
cigarrillos hasta que se consumió la esperma.

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