Columna Desde Nod

Por Alejandro García Gómez.

pakahuay@gmail.com

A raíz de una charla con su director, el
escritor y abogado Xavier Rodrizales, del Taller de Escritores de la Udenar,
Awasca, él me planteaba la conmemoración, en estos días, de los 40 años del
taller, pues según los registros, comenzó en 1974. Como para la fecha yo era
estudiante, recuerdo que quien lo inició fue el escritor Gardeazábal. Ante mi
falta de evidencias, no estuvo de acuerdo con mi apreciación. Por eso, como un
respetuoso aporte mío y sin ningún ánimo polémico, presento estas
consideraciones, fragmentos (por espacio) de mi carta a Gardeázabal y su
respuesta completa de 19 marzo 2014:

“… Allá, entre otras cosas, encontré que se
están preparando para conmemorar los 40 años del taller literario Awasca de la
Universidad de Nariño al que identifican como el Primer Taller de Escritores de
Pasto (y Nariño) en 1974. Mis recuerdos –aunque algo borrosos- son diferentes.
Yo he sostenido que fue usted quien no sólo inició el primer taller de
escritores, sino la convocatoria y realización del Primer Concurso de Cuento en
Pasto y Nariño. Podría yo estar equivocado y por eso le escribo esta nota. Yo
recuerdo que lo conocí a usted por el concurso de cuento que le mencioné,
cuando le llevé ‘algo’, garrapateado a mano en hojas de papel que
‘conseguíamos’ en la misma universidad en donde presentábamos nuestros Informes
de laboratorio. Usted me señaló –esa vez- que la fecha de la convocatoria se
había cerrado pero amablemente me propuso no sólo leer mi ‘cuento’ sino pasarlo
usted mismo en su Olivetti, como para enseñarme, quizá, cómo se hacían esas
cosas. Eso lo hizo así usted, quizá no lo recuerde. Yo era un poco más montuno
de lo que soy ahora, y jamás había oído hablar de algo que se llamara taller
literario o de escritores, al que usted me invitó –que lo dirigía usted, me
dijo- pero que no pude asistir, no recuerdo por qué. En todo caso el trabajo
que se dio usted con la lectura y posterior comentario sobre mi cuento, pienso
que fue mi primer taller literario. Además me regaló ‘Los funerales de la Mama
Grande’, para que aprendás a escribir, por la madera que tenés, que fue más o
menos lo que me dijo y escribió en el libro. Estos hechos pienso que fueron en
1970 (huelga pro-refinería de Tumaco) o 1971 (paro nacional estudiantil), y no
en 1974 “…” Yo hacía mi primer o 
primeros semestres “…”. Deseo escribir algo de este tema como homenaje
al taller y a la universidad. Uno de los organizadores de la conmemoración me
dice que no hay nada escrito sobre esto y que sólo vale lo escrito como prueba
(es abogado, claro). Yo pienso que usted pudo haber hecho ese taller sin
importarle el apoyo escrito de la dirección de la Udenar –como es su forma de
ser, que algo la conozco- o que si la pidió, lo aburrió el trámite burocrático
u otra cosa, pues usted tenía 25 o 26 jóvenes años. Quizá por alguna de estas
causas, u otras, no hay nada escrito que conste como prueba. Si puede ayudarme,
por favor, se lo agradezco. Amo a mi tierra y a esa universidad. Muchas gracias
de nuevo, y un abrazo: Alejandro”.

Respuesta del escritor Gustavo Álvarez
Gardeazábal:

“Sí debe haberlo. A raíz de la muerte, muy
llorada por mí, la semana pasada de Hernando Martínez Rosero, que también se
asomó a este Taller  en 1971, y con quien
mantuve a lo largo de 44 años una amistad inconclusa, estuve hablando con su
hija el día que recogió los bártulos y se 
llevó todo a París y hablamos de ese Taller. Tal vez Lydia Inés Muñoz,
la presidente del Centro de Historia y un pelado Enríquez que estuvieron allí  recuerden aquellos días. Yo, tú sabes mejor
que nadie, ni pido permiso ni guardo memoria. ¿No hay forma de averiguar donde
publicamos algo por aquella época? Yo llegué con la idea del Taller porque
había sido discípulo de Jorge Zalamea en el primer taller que se hizo en la
Universidad del Valle al finalizar los 60’. Saludos: gardeazábal”.
31.III.14