Yuyay
Por Alejandro rosero Montenegro
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Con alegría recibí, en las últimas horas, los resultados de la última fecha de la liga de fútbol profesional en Colombia, porque me ilusioné con la llegada del equipo de Bucaramanga a su segunda final en su historia de 75 años en el campeonato colombiano. Es una alegría que siento como propia, aunque no conozca Bucaramanga y los únicos amigos que algo de cercanía tienen conmigo sean Miller Pinto Cobos, comentarista de RCN Radio y el narrador JJ Mantilla.
La verdad es que eso tiene que ver con esa solidaridad que sienten quienes son discriminados y, de manera despectiva, descalificados por estar en la periferia o por no tener, en este caso, resultados deportivos tangibles en sus vitrinas o en el escudo de sus camisas. Así como trataban a Deportivo Pasto cuando llegó a esas instancias.
Hasta me alegra por personas que siempre han mostrado ser hinchas del equipo leopardo como Andrés Marocco, también comentarista o el humorista José Ordoñez Jr., quien a través de sus personajes y sus parodias nos mostraba parte de la idiosincrasia del santandereano y ese arraigo del equipo entre quienes habitan en esa pujante ciudad del oriente colombiano.
Me encantaría que el equipo que dirige el señor Rafael Dudamel, ex arquero de la selección venezolana y de equipos en el campeonato colombiano, alcance su primera estrella como campeón, que ello permita que dejen de verlo por encima del hombro y que demuestre que con buena organización y con un trabajo claro se pueden lograr objetivos. Cosa que deberían retomar por acá en el sur para que volvamos a ser protagonistas de nuestro campeonato, pero esa es otra historia.
De seguro habrá quienes seguirán al equipo bogotano de Santa Fe, que también planificó a largo plazo y que con paciencia alcanzó el objetivo de la final. Pero no tendría el mismo sabor para quienes seguimos a los equipos llamados pequeños. Los grandes equipos, incluso, sentirán que el título de Bucaramanga (si llega a darse), profundizará sus crisis institucionales y de seguro se vendrán cambios en muchas de las alineaciones.
Veremos cómo se presentan las cargas, tanto Bucaramanga como Santa Fe tienen buenos equipos y, de seguro, la motivación hará que vivamos una buena final para el desvencijado fútbol de nuestro país. Veremos si el duelo de los Leones de Bogotá y los Leopardos de Bucaramanga termina con muchos de los seguidores del fútbol saltando mientras decimos con ritmo y voz encerrada entre los dientes: Búcaros, Búcaros y, ahora, si vamos ruuumbo a la Libertadores, mano.
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