El Despertador del Sur
Por Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
Acabamos de pasar, de vivir una de las épocas más duras de la historia de los pueblos, y con la ayuda de Dios Todopoderoso, de los avances de la ciencia y de nuestros cuidados, logramos sobrevivir, y aquí estoy escribiendo esta nota que espero sea una semilla de mostaza que avive los corazones de todos, y nos permita reflexionar sobre lo que vale la vida y lo que vale cuidarla mientras Dio no disponga otra cosa.
Todos sabemos que este terrible Coronavirus aún no ha desaparecido, que sigue vivo, que está rondando en nuestros alrededores, ahora disfrazado del ómicron, tan peligroso como el Covid-19, y por lo tanto es necesario, es una obligación por nuestra salud, por las salud de nuestros familiares, seguir cuidándonos, continuar con los protocolos de bioseguridad, distanciamiento, lavado de manos y utilización correcta del Tapabocas.
Lo anterior para preguntarnos qué pasa con los pastusos, que parece se olvidaron de los protocolos de bioseguridad, o que creen que el Covid-19 ha desaparecido y que todo ha vuelto a la más completa normalidad, pues eso parece, de allí tanta cantidad de gente, tanta aglomeración de personas en la calle 17, por ejemplo; también en algunos centros comerciales, donde ya no hay distanciamiento, donde ya no se ve el alcohol a la entrada de centros comerciales, de restaurantes, etc. y les da igual que entre con o sin tapabocas, y lo más grave es que por ninguna parte se ve siquiera un solo policía.
Pero para qué la Policía? si donde se la necesita nunca está?, para qué si el cuidado de nuestra bioseguridad, de nuestra salud, es cuestión de cada uno, es nuestra responsabilidad?, no necesitamos de un policía que nos cuide, no; sin embargo, se hace necesario que la policía, que la alcaldía de Pasto, cumpla y haga cumplir con las normas establecidas para esta situación de Coronavirus.
COLETILLA: Aunque aún estemos en pandemia, no dejemos que la llama del amor, la paz, la armonía y la felicidad se extinga en esta Navidad y Fin de Año, por el contrario que se agite y permanezca viva en el año venidero en todos los hogares de nuestros amables lectores y amigos. Son los deseos de la Fundación Cultural Musurunakuna y de esta casa periodística.
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