Columna Desde Nod por Alejandro García Gómez

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Jornada complementaria para secundaria
Con la misma actitud prepotente con la que el
entonces presidente López Michelsen no reajustó sueldos del magisterio durante
su gobierno, condenó aún más la calidad de la educación pública colombiana
cuando –condición para otro préstamo humillante con el FMI- convirtió en doble
jornada diaria de estudio la que había sido hasta entonces una sola en primaria
y secundaria. Las ciudades habían crecido con la primera Violencia y la demanda
educativa –obligada concesión del Frente Nacional con los cada vez más amplios
sectores de clase media y popular urbanas- era mayor. Con esta doble jornada,
de un plumazo se había duplicado la capacidad locativa y ahorrado un dineral.
¡Gran jugada!
Entonces sólo fue sacar una silla y sentarse a ver cómo la
educación pública fue cayendo en la mediocridad hasta el culminante momento que
la llevó el decreto 230/02, de finales del fatuo gobierno de Andrés Pastrana y
la persistente arrogancia de la ministra del gobierno Uribe, Cecilia Vélez, que
al final de los ocho años, después de que se dio cuenta de que su yerro la
había llevado a los últimos puestos en el mundo, sólo mejor que la peor de los
países más atrasados de África, trató de rectificar con el decreto 1290/09 (¿su
artículo 6, un “lavatorio” de manos?). La educación privada de las élites
siempre encontró la manera de burlar, “a la descubierta”, el laxo decreto 230
porque entendieron que no existe otra manera de aprendizaje que la del esfuerzo
personal y que éste sólo se logra formando personas responsables con su deber
que, durante el tiempo en que se es estudiante, es estudiar.
Vinieron los años del narcotráfico. Después de
clases, una gran cantidad de menores se quedarían solos en sus casas mientras
sus padres trabajaban
. Ese alejamiento padres- hijos, la soledad consecuencial,
la nueva moral que sembró el narcotráfico, la masificación de medios masivos de
comunicación tan persuasivos como la televisión primero y el internet después
–con el resto de inventos y redes- llenaron esa soledad y todo, todo se juntó y
hoy nos va quedando esa sociedad que ahora (¿…?) nos asombra.
Desde esta perspectiva como docente de
secundaria por 37 años, y aún en ejercicio, veo con gran expectativa la
propuesta del alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, que su gobierno ha llamado
la “Jornada Complementaria”
, de la misma que su Secretaria de Educación, Luz
Elena Gaviria, ha dado unas mínimas puntadas (EL MUNDO, Medellín, 14.V.12), que
no han tenido comentarios de prensa, quizá debido al ruido que provoca la
inseguridad creciente en las comunas populares (13, 8, etc.) y en el centro de
la ciudad. Como los resultados serían a mediano o a largo plazo, sería
conveniente también llevar al Concejo esta política gubernamental del alcalde
Aníbal.
El INEM de Medellín, por su cuenta y por la
creatividad y emprendimiento de sus directivos y docentes, ya tiene muchas de
esas “actividades complementarias”
que los estudiantes las cumplen
opcionalmente y por fuera de su horario de clases allí mismo, para lo cual se
exige el permiso de sus padres: actividades artísticas y culturales (banda
sinfónica, orquesta, danza, teatro, etc.), deportivo-recreativas (artes
marciales, club de pesas, equipos de fútbol, baloncesto, etc.), ciencia
(proyecto-investigación en venenos ofídicos y otros) y tecnología (robótica con
premio a sus estudiantes de viaje a Australia en 2011 para su exposición, etc.)
y bilingüismo (por ahora alemán e inglés). Por esta razón, y con el debido
respeto, pienso que sería conveniente que la Secretaría de Educación de
Medellín se pusiera en contacto con las directivas de esta institución.
Nota 1.- Concurso novela corta, U Central,
mínimo 80, máximo 150 páginas. Premio 5 millones y publicación. Cierre 13
junio. Informes: mireyaucentral@yahoo.es
Nota 2.- Salón de artistas. Premios: 5 y 3
millones y dos menciones de honor. Plazo 13 junio. Inf: Cultura@pasto.gov.co y
pinacotecadenarino09@gmail.com 28.V.12

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