Rincón consaqueño
Por José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com
Aunque ciertamente acaparados por el comercio, que aprovecha la oportunidad para promocionar y comercializar sus productos, la celebración del día internacional de la mujer tuvo unos orígenes un tanto diferentes al matiz que se le otorga en general en la actualidad.
Es posible que se haya olvidado que en 1910, durante la segunda conferencia internacional de mujeres socialistas en Copenhague, Clara Zetkin propuso y se aprobó la celebración del «Día de la Mujer Trabajadora», para promover la igualdad de género y el derecho al voto femenino, fijando el 8 de marzo de cada año para su celebración, no obstante, la primera conmemoración se realizó el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, extendiéndose, desde entonces a muchos países del mundo.
La Organización de las Naciones Unidas declaró, por resolución 3010 de 1972, el año 1975 como año internacional de la mujer y en 1974 invitó a los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, un día como día internacional por los derechos de la mujer y la paz internacional.
Se comenta, de acuerdo a informes publicados por la Organización de las Naciones Unidas, que en todo el mundo las mujeres están por debajo de los varones en los indicadores de desarrollo sostenible, que conforman casi dos tercios de los analfabetos del mundo, que la mayoría de los pobres del mundo son mujeres, que tienen menos acceso a los servicios sociales básicos, que tienen 11 puntos porcentuales más de probabilidad de no tener comida, que ganan menos dinero que los varones por el mismo trabajo, que representan dos tercios de las víctimas de trata de personas, muchas de ellas con fines de explotación sexual, que en muchos casos son quienes comen últimas en la familia, que muchas aún no pueden elegir esposo y cada 2 segundos una niña es forzada a matrimonio infantil y que en muchos países existen normas que obligan a la mujer a obedecer a su esposo en códigos que presumen de legalidad.
Pero no hay que negarlo, hablando de nuestro medio, la lucha que iniciaron y aún continúa, ha tenido sus frutos cuando miramos a muchas mujeres que han logrado superar obstáculos para posesionarse como eje central de convivencia, independencia, trabajo y seguridad; no obstante, pareciera que dudaran de sus propios logros y continúan en su lucha incesante para alcanzar una tangible igualdad.
En este momento las saludo con inmenso cariño y con respeto, decirles que merecen todos mis honores por mantener siempre inerme lozanía, si no traigo palabras lisonjeras, si las virtudes de todas yo advierto, acaso el traer vidas nuevas a este mundo, ¿no será de dios su íntimo secreto?
Podría insertar palabras de alabanza, pero no alcanzan para describir tanta grandeza. Un aplauso febril quiero brindarles, son la mayoría ejemplo de nobleza, de valor, de esfuerzo, de entereza.
Consacá, 10 de marzo de 2023