El Stali-madurismo, ¿se repetirá la historia en Latinoamérica?

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Desde Nod
Por Alejandro
García Gómez
pakahuay@gmail.com
Derrumbado el
atávicamente atrasado e injusto gobierno zarista, Lenin se dedicó a enfrentar
la Revolución Blanca de la extrema derecha del zarismo, la nobleza, el
militarismo de alto rango y la iglesia ortodoxa (todos dueños de siervos y
tierras)
; al mismo tiempo, recuperaba al país del desangre que había
representado la I Guerra Mundial, en la que había participado el ejército
zarista con desastrosos resultados. Combinó el autoritarismo con estrategias
nacionalistas, capitalistas y socialistas para lograrlo.

A su muerte en
1924 –temprana para la revolución-, el mando se lo disputó cada facción que
decía ser la heredera de su pensamiento y acción. Con astucia desvergonzada,
con trepadora ética, el poder lo logró, un oscuro georgiano –no ruso-, Stalin
.
El ideal leninista del socialismo comunista para el mundo lo cambió por el del
“Socialismo Real”, el que él presidía: sólo Rusia como el ejemplo y bastión del
paraíso socialista. Y empezó a “purgar” a quien se opusiera a su acción, dentro
o fuera del país: asesinatos y deportaciones, selectivos o en masa. Y,
paralelo, comenzó a reescribir (sus “asesores”, claro está) el
marxismo-leninismo a su manera. 
Interrumpió Las Purgas ante la amenaza nazi, durante el sitio de Stalingrado,
1942-1943, cuando obligó a los civiles a no moverse de la ciudad. El socialismo
demócrata (contra quien iban también las Purgas, dentro y fuera de Rusia) y el
comunismo mundial (mucho menos numeroso que aquel) guardaron cómplice silencio
ante la barbarie. ¿Por qué? Porque Rusia era no sólo el modelo del paraíso
socialista aquí en la tierra, sino el garante de lo$ recur$os. Esto convirtió
al “tavarich” (camarada) Stalin en el jefe de ceremonia$: “quien pone el
billete, pone las condicione$”.
Hoy la historia
parece que volviera a repetirse. Una parte de la llamada izquierda
latinoamericana voltea a mirar a otro lado frente al inepto, corrupto y asesino
gobierno de Maduro, heredero ungido por Chávez. El sueño del pensamiento
latinoamericano -y mundial- libre, que esperaba que aquí iniciara el cambio de
este bello e injusto continente hacia la justicia y las libertades
democráticas, se transformó en la pesadilla de hambre, asesinatos e
incompetencia de un gobierno inepto y corrupto que comenzó con los descomunales
errores de Chávez
, debidos a su egolatría, a su error de cálculo y a su
incompetencia. Hacer la del avestruz de nada sirve. Parece que la cúpula de
privilegiados corruptos de Venezuela la hará virar hacia una política más
incierta que la de Cuba, con un pueblo sin lo básico para vivir  con dignidad. Hasta las más apartadas aldeas
colombianas están llegando venezolanos que huyen. Ni se diga de nuestras
ciudades mayores y de la región fronteriza.
¿Cuál ha sido
hasta ahora la actitud de una parte de la izquierda latinoamericana? Al comienzo,
con silencio cómplice, mirar hacia otro lado
. Hoy se ha transformado en la
defensa de lo indefendible: que todo, los desplazados, el desabastecimiento, la
violencia asesina, etc., son mentira. Una parte de la izquierda colombiana
repite la cantinela que Maduro y su cúpula “exigen”: qué por qué no dejamos de
fijarnos lo que ocurre en el hermano país y no vemos nuestros propios
problemas. O sofismas similares, al unísono.
Concibo la
izquierda como una opción de quienes buscamos la justicia en fusión con las
libertades democráticas (en un todo humanista), con un único objetivo: la
dignidad de toda vida humana
. Eso no da a nadie patente de corso ni para ser
criminal ni para callar ante el crimen, la podredumbre y la barbarie de cúpulas
corruptas y asesinas, en cualquier parte del mundo. Ni Pinochet ni Maduro.

Tampoco estoy
de acuerdo en una acción militar sobre ese país ni que sirvamos como carne de
cañón de los EU para acabar con la tiranía
. Es claro que su estrategia de
servir como punta de lanza también es otra cortina de humo del gobierno Trump
para tapar los escándalos de sus relaciones con Rusia. Además, para los
gringos, lo$ negocio$ $iempre van primero. Para nosotros, la guerra siempre
será una incertidumbre, al igual que, siempre, seríamos los perdedores. En
artículos anteriores he explicado el por qué (“Las siempre espinosas relaciones
Colombia-Venezuela”, en 2016, y “Otra vez Venezuela: ‘¡ahora dizque el río
Arauca se movió!’”, 2017). Me disculpo por citarme. 24.VIII.2017

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