El voto democrático

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Por Héctor Alonso Moreno          
Profesor asociado –
Universidad del Valle
Twitter: @morenoal275    
Tomado de Seminario Virtual
Caja de Herramientas            
           
El derecho a la
participación política y a ser considerados sujetos políticos fue un gran
triunfo del liberalismo democrático frente al absolutismo monárquico; la
burguesía fue, sin duda alguna, la clase de vanguardia de este proceso. Por su
parte, las sociedades subalternas o los
llamados sectores populares hemos recorrido un gran camino de lucha y
sacrificio por hacer nuestro el derecho a la participación
, el derecho a ser
reconocidos como sujetos políticos y el derecho a tomar parte en las decisiones
de la res public.

Es preciso recordar
que más que el voto como instrumento de legitimación de la democracia; los
sectores democráticos y progresistas lo que reivindicamos es el derecho al
debate político
, derecho que exigimos como la posibilidad de participar en la
discusión de los grandes temas y en este caso temas como: la salida negociada
al conflicto político armado y las urgentes reformas políticas y sociales que
requiere la nación.
Reivindicar la
participación democrática en elecciones
, la lucha parlamentaria, la Tribuna
Parlamentaria como un escenario más a fin de denunciar el viejo régimen inepto
y corrupto de los últimos años en Colombia y también reivindicar el proyecto
político de los candidatos demócratas; de izquierda que hoy día expresan en la
plaza pública la lucha contra la corrupción y el clientelismo,  es lo políticamente correcto.
Sin duda alguna, el
voto en blanco es una forma de participación constitucional y legalmente aceptada
,
pero a mi manera de ver equivocada para el momento político que vive el
país.  El voto en blanco es, en
últimas,  una campaña electoral, en
nuestro caso,  con candidato amorfo y
fantasmal  que se expresa  a través de escritos y voces de importantes intelectuales,
académicos; que para el caso de la coyuntura electoral del país en nada
contribuye para el futuro de la consolidación del proceso de paz que se discute
en La Habana; que es un debate abierto de cara al país y cuyo final se
concretará en el próximo Congreso en donde se definirán desde el punto de vista
legislativo los acuerdos entre guerrilla y Gobierno.
El voto en blanco es
políticamente incorrecto porque es contrario a la esencia de la democracia
deliberativa
. La democracia es la expresión de la posibilidad adversarial y
controversial de discutir tesis y programas, tal como lo han venido haciendo
políticamente de manera correcta los insurgentes en el escenario de La Habana y
que esperamos que posteriormente lo hagan desde las plazas  públicas colombianas.
La democracia requiere
de miles de ciudadanas y ciudadanos proponiendo alternativas, construyendo
posibilidades
, imaginando y recreando novedosas formas para que los mensajes
alternativos de Gobierno lleguen a las urnas el día electoral y podamos elegir
mediante un voto democrático a los mejores hombres y mujeres de nuestra patria,
a fin de lograr profundizar espacios para la construcción de mayor democracia.
Se necesitan millones de colombianos que seducidos por el verbo rector de un
programa de gobierno alternativo puedan derrotar el domingo 9 de marzo la
corrupción y el atraso que representan la continuidad de los últimos gobiernos.
Ahora bien, el voto en
blanco en la actual coyuntura electoral de elecciones del Congreso, en caso de
ser mayoritario, no tendría consecuencias jurídicas  pues el voto en blanco sólo tiene efectos
prácticos de nulidad e inhabilitaría para las elecciones de candidatos a
alcaldías y gobernaciones
, como quiera que estos se eligen por mayoría simple.
La elección de congresistas no es por mayoría simple sino por el método del
umbral y la cifra repartidora  en la cual
el voto válido incluye, los votos en blanco que se suman para efectos de
determinar las curules que le corresponden en Senado y Cámara a cada partido político.
De tal manera que, una
mayoría del voto en blanco no invalida las elecciones a Congreso
ni a quienes
hoy día están inscritos como candidatos al Senado y a la Cámara de
Representantes por la circunscripción nacional y regional. Eventualmente, los únicos
perjudicados si serían los grupos o listas de comunidades negras e indígenas
quienes se eligen por mayoría simple; como quiera que si por esas listas
hubiese mayoría de voto en blanco allí se presentaría el mismo caso de los
efectos de ese voto que invalida las elecciones de los alcaldes y gobernadores;
se podría eventualmente aplicar el mismo criterio de anular esas elecciones de
circunscripción especial de minorías.
El triunfo hipotético
del voto en blanco en nada afecta jurídicamente las elecciones a Congreso
, pero
sí tendría unas consecuencias políticas para los partidos y movimientos
políticos. Esas consecuencias poco importan para las redes de poder clientelar
bipartidistas.
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
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de este medio digital.
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