Por Emilio Jiménez
emiliosantiusti@gmail.com
Comenzamos en el canal de Facebook llamado Opinar Televisión a hacer un sondeo sobre el tema que, más que moda, es muy necesario para aportar en democracia e identificar, desde una muestra considerable y en diferentes puntos, qué tan reconocidos están los candidatos a la Gobernación de Nariño y a la Alcaldía de Pasto.
Las encuestas para los aspirantes y para la ciudadanía -aunque algunos digan que no hacen mella, sobre todo para los que no aparecen en punta- son determinantes para la toma de decisiones, acuerdos, uniones o estrategias para tratar de alcanzar el objetivo deseado, sin embargo, también hay que tener en cuenta que no se necesita ser un gran táctico de la política electoral para comprender que a los candidatos quienes les va mal en las encuestas, por lo general, tienen otra meta interna o individual, porque desde el inicio sabían que no ganarían.
En el sondeo que vengo realizando en vivo por corregimientos y calles de Pasto desde el pasado miércoles, mostrando los rostros de las personas en cámara, demuestra, hasta ahora, que el no sabe no responde y está indeciso, son los ítems que lideran con alto porcentaje tanto en Alcaldía de Pasto y Gobernación de Nariño. Cabe aclarar que los resultados serán publicados y analizados por mi canal una vez lleguemos a un número considerable de ciudadanos.
En varias encuestas como la de CM&, el Centro Nacional de Consultoría o en otras regionales, en su ficha técnica se refleja que con tan solo un poco más de 200 personas, ya se generan unos resultados que muestran una tendencia. Si bien, la que estamos realizando con Opinar TV tiene una estadística similar hasta el momento, si es nuestro deseo ampliar el universo de encuestados que se acerque a las mil personas.
Hasta el momento puedo analizar, con tristeza, que la minoría, como siempre, es quien elige. A los candidatos fuertes no les interesa el pueblo real, porque sencillamente hacen acuerdos, y con llenarles los bolsillos a ciertos influenciadores regionales, cuadran los votos y, por eso, es que las candidaturas tienen un costo. Ellos felices y nosotros en las mismas.
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