Expectativa ante nuevo gobierno

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Endulzando las
palabras

Por Iván
Antonio Jurado Cortés
iajurado@yahoo.com
Se acerca la
fecha límite para que Juan Manuel Santos haga entrega de su responsabilidad
como presidente de Colombia, la incertidumbre y cuestionamientos no se dejan
esperar; obviamente que tanto los que apoyaron a Iván Duque como los
opositores, todos tienen expectativas de como iniciará el próximo gobierno
.
Llegará el 7 de agosto para que suene la
campana y se concrete el poder en manos del Centro Democrático, agrupación
acérrima opositora del actual ejecutivo.

Vientos de
esperanza soplan en millones de colombianos que inocentemente votaron por un
cambio, por mayores oportunidades laborales, educativas y de participación. En
fin, será el tiempo quien acierte las pretensiones de la ciudadanía, o el mismo
quien castigue esta decisión
. Lógicamente que ningún racional desearía que al
nuevo gobierno le vaya mal, se perjudicaría la gente del común.
Hace unos días
tomo posesión el nuevo Congreso de la República, con una novedad nunca antes
vista en la nación del ‘Corazón de Jesús’, y fue la presencia de representantes
de la Farc como partido político
, algo que sin lugar a dudas pasará a la
historia política del país.
Desde el inicio
de la era republicana este es el momento que no se ha roto la hegemonía, aunque
a veces de manera sutil debido a la presión popular se ha aparentado un cambio
estructural; sin embargo, el modelo sigue imponiéndose, con el mismo enfoque
económico, político y social
, cuyo efecto en los gobernados es muy bien
sentido.
Se ha elegido
un nuevo gobierno cuya perspectiva está sujeta a lo convencional de cualquier
régimen neoliberal, priorizando el bienestar de la empresa privada sobre los
derechos del constituyente primario
. Obviamente que los elegidos no son tan
responsables como los electores, quienes tienen el poder de decidir qué sistema
desean como administración. En fin, las cosas ya están, solo queda que los
cambios a las costumbristas políticas impuestas desde el exterior sean
favorables a la exigencia popular.
La expectativa
del gobierno Duque ha roto todos los pronósticos, puesto que es el primer
presidente que no se le conoce trayectoria administrativa ni política, hecho
que lo convierte en un enigma que solo el tiempo descifrará. Lo que sí está
claro es que su gobernabilidad no se saldrá del ya conocido sistema oligárquico
que no permite renovación del Estado, sino un continuismo anacrónico que
profundizará mucho más los problemas que la mayoría de colombianos han
tolerado
.
La mayoría de
electores del reciente presidente tienen la ilusión de que sus cálidas
propuestas proselitistas se lleven a la realidad en beneficio de ellos
. La
inocencia o desconocimiento político facilita en la sociedad para que se tomen
decisiones apasionadas que en adelante podrían acarrear problemas difíciles de
solucionar. La tendencia de las comunidades es esperar la concreción de la
propuesta renovadora de Duque, donde sus acciones marquen positivamente
diferencia con el saliente gobierno.
Sin embargo, la
paz del país que debiera ser una prioridad, se percibe que ya no lo es; al
contrario, muchos conceptos de los designados funcionarios dejan en duda el
compromiso de pacificación  por parte del
electo gobierno. Incluso, el recién nombrado ministro de defensa expresó sin
escrúpulo que la protesta será reglamentada, abriendo el debate en la
ciudadanía. En un país que afronta todo tipo de problemas escuchar que se
limitarán las manifestaciones públicas, sin duda se ha interpretado como el
comienzo de una dictadura camuflada de democracia
.
Mucha
expectativa alrededor de los diálogos que se adelantan con la agrupación
guerrillera Ejército de Liberación Nacional, algunos han dicho que este proceso
se interrumpirá y se le dará un giro arbitrario tendiente al sometimiento,
entendiéndose como una represalia por parte de la contraparte que actualmente
insiste en una salida negociada del conflicto armado. Son muchos los aspectos
que hoy están en el tintero
esperando la posesión del mandatario electo.
Claro está que
la propuesta triunfadora en las pasadas elecciones dista mucho de la que en su
momento expuso el candidato perdedor. Son dos posiciones contrarias que llevan
también a pensamientos en contravía, difícil de saber sobrellevar, por lo que
el presidente Iván Duque, debe manejar con guantes de seda, de lo contrario, la
implementación de su plan de trabajo sería interrumpido constantemente,
perjudicando a la sociedad colombiana.
Sábado, 28 de
julio de 2018

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