Familiares y amigos despidieron este martes en la tarde al gestor cultural William Tello Álvarez, conocido cariñosamente como “Pepe”.
Las honras fúnebres comenzaron con el traslado del féretro desde la sala de velación Recordar hasta la Basílica Nuestra Señora del Rosario, en donde el presbítero Edwin Blanco Fonnegra realizó las oraciones de introducción para este tipo de ceremonias.
Los integrantes del Colectivo La Guanga hicieron una calle de honor por la nave central del templo parroquial y al paso de su compañero, fallecido el pasado domingo, entonaron una melodía con instrumentos de viento, como un mensaje de despedida.
Los integrantes del Colectivo cultural Rebelarte fueron los encargados de ingresar el ataúd hasta la parte anterior al alta mayor de la basílica sandoneña y en seguida el sacerdote comenzó la eucaristía.
Ricardo, hermano de Pepe, fue el encargado de compartir con los asistentes la primera lectura, y la lectura del salmo estuvo a cargo de Humberto Portilla.
Luego de la lectura del evangelio el sacerdote hizo una reflexión sobre la cantidad de jóvenes sandoneños muertos en los últimos meses, que tienen un denominador común “motos y licor” y dejan un profundo vacío en los hogares sandoneños.
En tono enérgico el padre Blanco Fonnegra manifestó que está triste por estos acontecimientos, pero más triste por el silencio de la comunidad sandoneña frente a estos hechos y agregó que le preocupa la realización de las próximas fiestas de verano por sus consecuencias.
La eucaristía fue acompañada por el grupo musical que lidera el maestro Arley Navarrete y en el momento de la comunión por los integrantes de La Guanga, quienes interpretaron el Padrenuestro.
Antes de finalizar el acto religioso intervinieron Ricardo Tello, en representación de la familia; María Fernanda Rosero del Grupo La Guanga y Javier Hernández del Colectivo Rebelarte.
Para despedir a los participantes a la eucaristía, el religioso utilizó incienso para el féretro y dio la bendición a los participantes.
A la salida del templo varios mototaxistas iniciaron el recorrido por la calle 5 hasta la carrera 4 y luego por la calle 6 hasta la esquina con la carrera 5 y luego por el recorrido tradicional hasta el cementerio Jardines de Paz. Como de costumbre los acompañantes se turnaron para llevar en hombros el ataúd.
El momento más dramático de las honras fúnebres se produjo en el momento de depositar el ataúd en la tumba.
En seguida los integrantes del Colectivo Rebelarte iniciaron un programa artístico para homenajear a su compañero y amigo. Julián Velásquez se encargó de su coordinación.
Qué generación tan espectacular. En medio del dolor, siento emoción por percibir EL DESPERTAR de unos nuevos dirigentes.
Muy bonito homenaje…mi primo. Dejo lindos recuerdos …