Crónica escrita el sábado 25 de julio de 2015
Desde temprano estuvimos a la expectativa de lo que podía hacer el pedalista boyacense Nairo Quintana, luego del descuento que logró este viernes de 32 segundos frente al líder del Tour de Francia Christopher Froome y quedar a 2 minutos y 38 segundos del sueño amarillo.
Desde la penúltima subida se presagiaba lo que iba a suceder en el ascenso al Alpe d’Huez, aquel emblemático lugar en donde Lucho Herrera, “El Jardinerito de Fusagasugá” ganara la primera etapa para Colombia en el Tour de Francia, el 16 de julio de 1984.
En el descenso luego del ataque de Nairo Quintana y de Alejandro Valverde el lote de los consentidos de la carrera se reagrupó y al portador de la camiseta amarilla le llegaron los gregarios de oro para afrontar los ataques del colombiano.
Y claro vino primero la salida del español Valverde y luego el colombiano se le unió para empezar a descontar la diferencia. Nairo con todo su potencial para la cuesta continuó en solitario hasta que encontró a su paisano Winner Anacona quien entregó todas sus energías para impulsar a su líder.
El pedalista nacido en el municipio de Combita, Boyacá continuó con su accionar decidido y con el descuento del tiempo a medida que pasaban los kilómetros hasta que logró ubicarse en el segundo lugar de la etapa y arañar la ilusión de repetir lo realizado por Luchito Herrera 31 años atrás en este mismo sitio.
No le alcanzó para ganar la etapa y para vestirse de amarillo pero demostró todo su talento para subir y ratificar que hoy por hoy es el mejor escalador del mundo.
Este domingo en el paseo por los Campos Elíseos recibirá todos los aplausos de franceses, europeos y especialmente de todos nosotros los colombianos que desde hace dos años lo consideramos como uno de los más grandes deportistas que ha nacido en el territorio colombiano.
Gracias Nairo Quintana por todo lo que hiciste en el Tour de Francia. Gracias por tu temple, tu valentía, tu coraje, por hacernos sentir orgullosos de ser colombianos. Gracias por tantas emociones que nos arrancaron lágrimas. Gracias por hacernos soñar. Llegará el día en que te vistas de amarillo.