
Remembranzas consaqueñas
Petroglifos Consacá
Por José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com
Los petroglifos, o grabados en piedra y entendidos como ejecutados en tiempos prehistóricos, se presenta abundantemente en la región de Consacá, obras que afortunadamente y en gran parte se conservan intactas, aun bañadas por el agua y escondidas muchas veces en la espesura vegetal, sin la intervención destructora de nosotros los humanos, siendo piezas claves para conocer la cosmovisión de los habitantes de estos contornos en la época previa a la invasión real.
Pero, como interpretar lo que quisieron expresar nuestros antepasados al plasmar en piedras una escritura propia con espirales, círculos, imágenes de animales, plantas y demás?.
No existe un estudio detallado que de luces sobre su verdadera significación, aunque se ha logrado inculcar que tienen aspecto enigmático y que atesoran saberes milenarios, como si se tratara de textos escritos para registrar secretos, historias o simplemente un relato de cotidianidad.
No es fácil especificar lo que un símbolo quiere decir, pues la percepción para cada trazo se muestra diferencial. Es posible que cada uno de ellos busque su propia significación, sin permitir analizarlo en conjunto, aunque si nos detenemos a ubicar los lugares estratégicos en que se encuentran, a comparar la repetición de símbolos en uno y otro, a observar cómo se presentan a medida que gira el sol o cuando la luna cumple sus estaciones, pareciera que llevan cierta correlación, indicando que se trataba de una civilización avanzada la que los estampó, con un centro principal, rodeado de sitios precariamente nucleados extendidos sobre la geografía de este lugar, derivando ciertamente la existencia milenaria del cacicazgo de Consacá.
Para describirlos, entonces, es necesario tener en cuenta la importancia del arte plasmado, su representación y su ubicación geográfica comarcal. Para algunos podrá ser simplemente una piedra labrada, pero más allá de su presencia, se sabe que esconde la magia que tiene el saber ancestral y que quizá, un día no lejano, podamos determinar lo que se quiso decir o lo que quizá se quiso ocultar. Porque no decir que representan la existencia del mundo, de una sociedad, de una cultura formada en una época determinada y convertida a lo largo de los años en una realidad, deformada a veces, pero que debemos rescatar a cabalidad.
Fantástico es sentarse, como lo he hecho a veces, frente a una obra ancestral, en horas del día o a la luz diáfana nocturnal, sin importar si el sol acaricia fuerte o si la luna se niega a alumbrar, si estremece el silencio o la lluvia torrencial, soportar simplemente con el deseo de mirar, como las imágenes insertadas en la roca que sirvió de lienzo al artista ancestral, nos trasporta a confines difíciles de interpretar.
Consacá, 036 de diciembre de 2021
Este es un espacio de opinión destinado a columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a este fin por la página Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición de este medio digital.