Remembranzas consaqueñas
Epílogo
Por José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com
Del 4 al 9 de abril de este año, se realizaron diferentes actos conmemorativos del bicentenario de la batalla de Bomboná, con la apertura en la ciudad de Pasto el 4 en el teatro Javeriano, el 5 y el 6 en la Cámara de Comercio con la participación de ponentes de Colombia y Ecuador y el 7, 8 y 9 en la ciudadela Bomboná.
Una programación que llegó, pasó y se fue y que en este momento acaso no se recuerde ya, sin valorar que se trataba nada más ni nada menos que del bicentenario de un suceso trascendental en los anales de la historia nacional.
Será posible lograr una recopilación de esta conmemoración? La lógica diría que sí, aunque habrá que adornarla con guirnaldas imaginarias para realzarla en el contexto de su importancia real.
No obstante terminar con una fiesta campal, con grescas incluidas tal vez ocasionadas por la ingesta desmedida de alcohol y la presencia de amigos de lo ajeno que hicieron su agosto en términos de raigambre coloquial, o tal vez porque la participación de la orquesta de fondo se programó para el 9 y actuó muchas horas después cuando se alcanzaba la madruga del 10, ocasionando el desespero de los asistentes, lo cierto es que la conmemoración culminó como una más de las que se realizan de manera anual, por lo menos en el municipio de Consacá, y no como se esperaba remembrando la importancia del bicentenario de tamaño suceso letal.
Hace más de cuarenta semanas, desde este informativo inicié una serie de escritos intrascendentes a los que se llamó “hacia el bicentenario de la batalla de Bomboná”, y aunque muchas veces me aparté del tema para desarrollar remembranzas o comentarios sobre el pueblo de Consacá, trataba de despertar el interés sobre la importancia de la fecha, pero estoy seguro que trasegué por senderos intransitables, cubiertos de áridas tierras imposibles de sembrar.
Desde mi insignificancia total, quizá sea bueno traer a cuento lo que alguna vez Bolívar le dijera a Juan José Flores, cual sentencia aplicable en su contexto en la actualidad.
“…. La América es ingobernable para nosotros. 2°. El que sirve una revolución ara en el mar. 3°. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4°. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas. 5°. Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, este sería el último período de la América”.
No es necesario emigrar sino quedarse y considerar desde una orilla el deambular de nuestra sociedad, cerciorarse como sigue de ingobernable la América, como se desdibuja la revolución que acaso se quiso iniciar y continuar y mirar como a los presagiados tiranuelos imperceptibles les pasan las cosas, sin pasar a una anhelada inmortalidad.
Consacá, 22 de abril de 2022
Este es un espacio de opinión destinado a columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a este fin por la página Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición de este medio digital.