Mi Ventana

Por Ramiro García

ramigar71@hotmail.com

“Un corredor debe
competir con sueños en su corazón”: Emil Zatopek, campeón olímpico.

El atletismo
colombiano, como práctica organizada y destinada a la formación y competencia
regida por conceptos técnicos, inició su despegue en 1962, cuando el atleta
Hernán Barreneche se coronó campeón de los juegos Centroamericanos y del
Caribe. Después brilló con luz propia, Álvaro Mejía, quien fuera reconocido
como uno de los mejores atletas suramericanos en la década del 60 y comienzos
de los 70.

Otro fondista
destacado a nivel de juegos panamericanos y olímpicos fue Domingo
Tibaduiza, oro en los panamericanos de
1975; luego campeón de la maratón de Berlín, Alemania.

Pero no hay discusión
en que el más reconocido por su carisma, rebeldía y logros deportivos
nacionales e internacionales es Víctor
Mora, habida cuenta de los innumerables triunfos en carreras de fondo y en
pruebas de calle, resultando campeón en cuatro carreras de la encopetada
Maratón de San Silvestre, en Brasil. A la fecha aún no ha sido superado ese
récord.

En ésa misma prueba
donde compite lo más granado del atletismo mundial –incluidas las gacelas
africanas-, también logró actuaciones destacadas nuestro máximo exponente
nariñense, el moreno tumaqueño, Silvio Salazar.

No se conocen
registros de otros atletas nariñenses con actuaciones relevantes a ese nivel y
en la misma disciplina. En la actualidad, el atletismo colombiano competitivo
no cuenta con un promisorio relevo generacional. Mucho menos el atletismo
regional.

Bajo ese contexto, y
con una gran dosis de optimismo, en éste mes de noviembre de 2015, durante los Juegos Nacionales que se
celebran en la ciudad de Cali, el atletismo sandoneño en representación del
departamento de Nariño debutará en las piernas, corazón y pulmones del joven
atleta Jimmy Acosta, en las difíciles pruebas de 10.000 metros planos (martes
17 nov, 6 pm) y 5.000 metros (jueves 19 nov, 4.50 pm). Habrá transmisión
televisiva por Señal Colombia.

En el atletismo no hay
máquinas ni accesorios que coadyuven a palear el esfuerzo humano durante la
competencia. Es la incesante lucha del temperamento y arrestos físicos del
atleta contra el viento y la distancia. Nada más. Serán, entonces, sus 53 kilogramos de
peso y 165 cm de talla enfrentados a esos obstáculos.

Jimmy, desde sus
incipientes ocho años, siendo estudiante del colegio agropecuario Simón
Bolívar, ya calzaba sus envejecidas y maltrechas zapatillas para trotar junto a
su hermano René, por los serpenteantes y empinados caminos del idílico y
apacible corregimiento de Santa Bárbara, lugar donde nació el 12 de octubre
de  1987. Justamente en la celebración
del día de esa raza provista de tesón, temperamento, disciplina e inmune a la
adversidad; atributos encarnados en su humilde cuanto digno origen campesino.
Al igual que sus padres y agricultores vecinos, quienes con el mismo tesón y fe
cultivan café de altura con aroma a rocas y a volcán; pues son los orgullosos
productores del prestigioso café Urkunina, Premio Nacional a la Taza de
Excelencia, 2004. Ese es el entorno y la casta donde se ha formado este futuro
medallista.

Durante el transcurso
de su victoriosa trayectoria atlética ha
sumado miles de kilómetros orientado por calificados instructores  deportivos, como en la actualidad con el
renombrado atleta, Leoncio Hugo Jiménez,
y se ha apoyado en nuevas técnicas de competición; condiciones que le han
permitido destacarse en diferentes escenarios nacionales e internacionales. De
este modo ha obtenido el primer lugar en competencias atléticas realizadas en
varios municipios nariñenses, al igual que en los departamentos del Cauca,
Putumayo y Norte de Santander.

Es campeón nacional
SENA, en las modalidades de 1500 y 3000 metros planos, y bimedallista de oro en
los Juegos Universitarios realizados en Pasto.

A nivel internacional
representó a Colombia en los 10 km de la carrera atlética UTENAL, de Quito,
Ecuador, en donde derrotó a destacados semifondistas que participaron en esa
justa deportiva.

Como fondista también
ha obtenido notorios resultados en varias maratones desarrolladas en las
principales ciudades del país.

Por todo lo anterior,
hay fundadas razones para tener la esperanza puesta en nuestro atleta Jimmy
Acosta, quien se ha preparado con intensidad y mucha disciplina para ser
campeón, y ahora va a recoger el ansiado trofeo. Como en el pasado lo hicieran
Barreneche, Mejía, Tibaduiza, Salazar, y su ídolo, el gran Víctor Mora.

“Es una de mis metas”,
dice con optimismo, Jimmy. Pues su objetivo es participar en los Juegos
Olímpicos de Río, en el 2016.

Quizá a futuro pueda
contar con  respaldo gubernamental y
privado, bajo apropiadas condiciones que le faciliten materializar su ambicioso
propósito. Por ahora, su carrera deportiva y educativa las ha emprendido con
esfuerzo personal. Con las uñas, como decimos coloquialmente.

Estaremos pendientes
de su actuación.

MUCHA SUERTE!

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