Visión de mujer
Por Elsy Melo Maya
elsy.ya@hotmail.com
Se podría decir sin mayor análisis, que la Navidad es la celebración religiosa que hace de diciembre, un mes especial de festejo y diversión. Pero sin dudarlo, es mucho más que eso: es el tiempo durante el cual la mayoría de las personas se dan permiso para ser felices, se animan a soñar, se animan a reír; otros igualmente, se permiten olvidar por un instante las pérdidas de sus seres queridos, los problemas y necesidades. Pero así mismo, es una época que nos invita a reflexionar más con el corazón que con la mente, porque la Navidad hace de diciembre el mes de las reconciliaciones, de la unión, de la solidaridad; y es que en medio de un mundo convulsionado, nos brinda la oportunidad perfecta para escapar por un instante de la tensión y experimentar la paz que nos brinda la llegada de Jesús recién nacido.
Pero aun así, lo innegable es que para muchos, tristemente la Navidad no pasa de ser una celebración comercialmente muy productiva donde justamente Jesús, quien es el protagonista, no ha sido invitado; se realiza la novena en los hogares y empresas, se entregan los regalos y las fiestas decembrinas no se hacen esperar, pero pareciera que lo menos importante es permitir que el Señor llegue a nuestros corazones; si bien las casas y calles se llenan de luces, aquel que dijo “yo soy la luz del mundo” está ausente.
En diferentes partes del mundo y por diversos criterios o motivaciones, se ignora que sin Jesús en el corazón, la navidad no dejara de ser la celebración que escasamente dura un mes y luego, de nuevo vuelve la tristeza, la ansiedad, el estrés, la preocupación por un futuro incierto, regresando así también la desesperanza.
La reflexión entonces, es permitirnos en esta Navidad, que esa figura frágil del Niño Jesús recién nacido, nos remita al recuerdo de aquel niño dulce y esperanzado que todos llevamos dentro, recuperar aquel niño primero que se mantiene casi dormido en lo más profundo de nuestros corazones y dejarlo salir para irradiar comprensión, para quitar las piedra del camino que nos impiden avanzar, para curar las heridas y ofensas provocadas o recibidas, para que el perdón sea la base de un nuevo comienzo.
Que en esta Navidad, aprendamos de nuestros errores y seamos capaces de brindar gratitud por los buenos momentos, mantener la esperanza frente a las situaciones difíciles, por cada nuevo día que amanece, la ilusión de que sea mejor que el anterior y para siempre: que la paz, la familia y la reconciliación, sean los pilares que nos permitan construir un mejor futuro. Feliz Navidad!
Diciembre 20 de 2021
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