Los ‘Quince’ de Informativo del Guaico

Alejandro García Gómez, columnista
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Desde Nod
Por Alejandro García Gómez
pakahuay@gmail.com

La historia de Informativo del Guaico (“El Informativo”, como cariñosamente lo abreviamos) está íntimamente ligada a la del periodista-ingeniero Miguel Córdoba, pues es su fundador y, desde entonces, su director.

El periodismo es una profesión de bondadosos tercos, si es llevado con honestidad, transparencia y anhelo de servicio a las comunidades, quienes se constituyen en “nuestra humanidad”. Cada uno tenemos una propia humanidad alrededor de nosotros, pienso yo, y ésta –la de los vecinos de nuestro poblado o de nuestra ciudad o los habitantes de nuestra región o de nuestro país- es la de cada uno, mi propia humanidad. También pienso que el periodista y el poeta están llamados a desmitificar aquella máscara tan oscura como nimbadamente ostentosa con que los poderosos intentan cubrirse. Un brillo de amalgamadas hipocresías. El poeta (es decir, el escritor, el artista) y el periodista están llamados a desmitificar, develar y descubrir los pies de barro en los que se sustenta el poder, o mejor, el poderoso, tal como lo hizo Abundio con su padre, el acaudalado y cínico Pedro Páramo, de la novela del genial Juan Rulfo. Abundio desmitificó su poder (sus pies de barro sobre los que se sustentaba) y ya sabemos lo que pasó con la colosal imagen de Páramo, al final de la novela.

Hay quienes reconocen en el periodista esa voz que no alcanzan a tener ellos mismos, por diferentes causas, es decir, “ese grito que no son capaces de pegar”. Pero también hay quienes desean que el periodista –hijo, esposo y padre de familia con deberes- tome su propia cabeza, la monte en una pica y la exhiba como carne de cañón ante el poderoso. Y en nuestro Sandoná, coronado también de montañas azules y verdes, de sueños y de envidias, seguramente así lo exigen algunos (yo lo he escuchado, y perdón por la primera persona) a aquel a quien pretenda pegar ese grito solidario (y en solitario). Pero no, no debe ser así, porque el primer derecho que toda persona está obligada a defender es sus propias vida e integridad. El segundo es la felicidad… y a la felicidad sólo se llega si uno está vivo, íntegro y libre.

Como he contado en algotra ocasión, yo tengo una responsabilidad en esta profesión solitaria de mi amigo Miguel Córdoba. La resumo: era 1996 ó 1997. Me habían invitado algunos amigos de la Emisora Cañaveral Estéreo, de entonces, a una entrevista por mi segundo libro en solitario (“Cartas de Odiseo”) que acababa de aparecer. Con Miguel, apenas si nos conocíamos por su origen, de nacimiento y niñez, El Alto del Ingenio, donde estaba la casa de mi padre, sus hermanos y mis abuelos, ubicada muy cerca de la de los de Miguel. Ante la claridad y hondura de sus preguntas en esa entrevista, yo -que ya había lidiado con otros periodistas por motivos similares- al terminar la charla les agradecí a todos. A Miguel, en otra ocasión, le dije que quedé gratamente impresionado con sus preguntas. Había percibido su amor y talento por esa profesión: el periodismo. Él ya se había recibido como ingeniero civil. En otra plática muy posterior, me recordó -hace años- las palabras exactas que entonces le dije sobre su talento y amor por el periodismo, que yo había intuido. A muchas personas, uno de los trabajos da el sustento y otro la vida. Él escogió el periodismo para lo segundo y quizá yo sea un poco (sólo un poco) culpable de eso, porque el resto lo hace el deseo (en el sentido freudiano) que uno lleva adentro, deseo cuya búsqueda y objetivo es la propia felicidad, a la que todos tenemos no sólo el derecho, sino el deber de buscar. Si contabilizamos que esa charla fue en 1996 ó 1997, Miguel lleva ya más de treinta años “con el gusanito”.

Con su afán solidario, creó el Informativo del Guaico que nos transporta a las calles de nuestro amado poblado. Nos hace conocer sus logros, dificultades, problemas y soluciones. Y no contento con esto, creó los Premios Sombrero Sandoneño, que con el paso del tiempo fue apoyado por un grupo de sandoneños y sandoneñas, que cada año honra a los habitantes de nuestro pueblo que se han destacado en algunas modalidades: magisterio, artes y cultura, deportes, etc. A este tema me he referido en otras oportunidades acá.

Soy de la opinión que las fuerzas vivas y en general el pueblo de nuestro Sandoná deberían reconocer y agradecer la labor cívica de Informativo del Guaico, y de su periodista-ingeniero, Miguel Córdoba, y eso espero. Yo por mi parte –desde mi territorio libre de NOD- le doy mi abrazo de reconocimiento al Informativo del Guaico y mi agradecimiento a su Director Fundador.

Medellín, 30.V.2025.


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