El despertador del sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
Estamos ya, en el décimo mes del año, octubre, el mes dedicado a rendir tributo de reconocimiento al artista colombiano, al artista nariñense para nuestro caso, y ufanos debemos sentirnos, al saber que Pasto y Nariño son cuna de toda una hermosa pléyade de artistas, aquellos que solo demuestran sensibilidad, nobleza, delicadeza y hasta espiritualidad, pero ante todo, una sin igual habilidad, esos son los artistas.
Ellos que, a través de la historia, tan en alto han puesto el nombre de su patria chica, el nombre de su comarca nariñense; esos que desde las liras y las cuerdas de sus guitarras, sus tiples y requintos, le cantan al amor, a la vida, a la mujer amada, a los paisajes de todos los colores; aquellos que con su pluma tierna y delicada inspiración le han escrito y le han compuesto sus mejores y sentidos versos y convertirlas luego en bellas canciones.
Ellos son los artistas a quienes en este mes les debemos, ahora que están vivos, rendirles los más sinceros y justicieros reconocimientos, y este debe ser el compromiso legal y moral de quienes, desde gobierno, municipal o departamental, desde los estamentos culturales, son los llamados a hacerlos en vida, “en vida hermano, en vida” como dice el poeta y no esperar a que lleguen a los ochenta y más años de edad, estén agonizando o lleguen a las honras fúnebres para rendirles el merecido reconocimiento.
Vaya desde estas páginas, nuestro saludo de reconocimientos a todos los artistas, intérpretes y compositores, de Pasto y de Nariño, quienes desde la música, especialmente, han puesto muy en alto el nombre de esta querida comarca nariñense y pastusa en particular y han escrito las páginas gloriosas de la historia de la música colombiana.
Con este fin La Fundación Cultural Musurunakuna, el 9 de noviembre, llevará a cabo en el Auditorio del INEM de Pasto, el XXVI Concurso Intercolegiado “La Nueva Estrella Estudiantil de la Canción”, modalidad Intérprete de la Música Andina Colombiana; rindiendo un sentido homenaje al compositor “Ferney Coral”, y no deleitaremos escuchando los bambucos, valses, pasillos y guabinas, magistralmente interpretados por los niños y niñas participantes y así, cantándole a Colombia, estaremos buscando la tan anhelada paz colombiana.