“Ojo de Gunda”: un libro revelador

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Por Pablo
Emilio Obando A.
peobando@gmail.com 
Gerson Tomás
Ramos Calderón es un nariñense radicado en la ciudad de Bogotá hace ya cuatro
décadas. Sobre él escribe el humanista nariñense Edgar Bastidas Urresty en su
libro “El Fariseo” –segunda edición, junio de 1998 pg. 80-, uno de los motivos
que lo llevaron a “exiliarse” en la capital de la República: “Transcurría la
década de 1960. Gerson Ramos, un sastre que publicaba y distribuía hojas  volantes de tendencia izquierdista, fue
insultado y amenazado por grupos de mujeres instigadas por una voz tronante…”,
su delito: promulgar los derechos humanos, bogar por la libertad de cultos,
propender por la equidad de géneros y combatir fanatismos y prejuicios
que en
ese entonces, y hasta hoy, impiden la cristalización de una sociedad
pluricultural y democrática.

Tras los
anatemas del “El Fariseo” contra este humilde sastre se inicia una
serie de amenazas y acciones que impiden una vida tranquila y sosegada como
hasta entonces la había llevado
. Su
oficio de sastre se ve afectado pues muchos de los pobladores incitados por las
palabras del fariseo en su Hora católica deciden no hacer uso de sus servicios
pues consideran que sus acciones democráticas eran azuzadas por fuerzas oscuras
y pecaminosas. Analizada la situación y al ver afectada su actividad profesional
y su liderazgo en defensa de los derechos humanos decide viajar a Bogotá con su
familia y dejar atrás esa violencia que se desató contra él y sus convicciones.
Ya en Bogotá
reinicia sus labores como sastre y líder espiritual, consagrándose a la guía de
los hombres en su búsqueda de la paz y le perfección. Crea, dirige y promueve una escuela
espiritual
en la cual muchos seres han encontrado la oportunidad de dirigir sus
pasos hacia caminos y propósitos nobles y altruistas. Vive honradamente de su labor sacando
adelante a su mujer e hijos que aprenden de él 
a conservar la fe y la paz aún en los momentos más aciagos.
Pero, a pesar
de sus logros y realizaciones, a Gerson Tomás Ramos Calderón lo inquieta
espiritualmente el  legado de su
bisabuelo, el sabio pastense Tomas Hidalgo Calvache, asesinado en la ciudad de
Popayán en 1895 a la temprana edad de 28 años dejando inédita su obra
que el
entonces gobernador del Cauca Pedro A. Molina remite en baúles a su viuda
Natalia Guerra de Hidalgo.  Su obra se
pierde, sus investigaciones señaladas en largos y extensos índices se extravían
sin que hasta nuestros días se sepa de su paradero. Don Tomas Hidalgo Calvache además de su
esposa deja en la orfandad tras su asesinato a sus tres hijas: Zoila, Alejandrina y Victoria.
“Ojo de Gunda”
es una especie de expiación contra el olvido y la manipulación histórica pues
su autor al ser descendiente, bisnieto, del sabio Tomas Hidalgo Calvache revive
recuerdos, momentos e instantes vividos con doña Natalia Guerra y su madre
Judith. Y en esas reminiscencias aletea
constantemente el espíritu de Tomas Hidalgo Calvache, su  monumental obra perdida y extraviada y, sobre
todo, la forma alevosa y oportunista como algunos historiadores aprovecharon
los estudios de este sabio para darlos a publicación como de su autoría, no en
vano expresa doña Natalia Guerra en entrevista que le hiciera el periodista
Neftalí Benavides Rivera, conocido como Karamelo, que “por ahí andan los escritos de mi esposo
dando aún lecciones y dejando su sabiduría
”. 
Anécdotas, recuerdos, vivencias y añoranzas afloran en cada hoja, en
cada pensamiento y reclamo.
Bien vale la
pena leer “Ojo de Gunda” como una manera de exorcizar a la misma historia
, de
abordar de una manera nueva y renovada los hechos históricos que muchos dan por
acabados y cerrados y que ahora nos permiten entrever nuevas y renovadas
maneras de escribirla y sentirla.

Nuestros
reconocimientos al escritor Gerson Tomás Ramos Calderón. Y un agradecimiento
por permitirnos conocer de primera mano sus escritos, por guiarnos por ese
sendero en el cual transita la presencia benévola y generosa del sabio Tomás
Hidalgo Calvache.  Es “Ojo de Gunda” un
libro revelador,  espiritual y liberador

pues al tiempo que levanta su dedo inquisidor también ofrece redención para su
sangre y los suyos.  Bienvenido al mundo
editorial “Ojos de Gunda”.

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