Parcelación de Bomboná

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Rincón consaqueño
Por José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com

El 22 de septiembre de 1959, lunes por cierto, un grupo de trabajadores de la hacienda Bomboná en el municipio de Consacá, acosados por las arduas condiciones laborales a que eran sometidos por los propietarios, iniciaron un cese de actividades que se convirtió en un conflicto que trascendió a nivel regional y nacional. La vida monótona, asociada a una tranquilidad que se dispersaba por los rincones del pueblo aletargado por el inicio de semana y acosado por un candente sol retardado del verano reciente, se vio trastocada con este suceso que ponía al descubierto privilegios de unos y sufrimientos de otros, enmarcados en una sociedad estática sumida en la coexistencia de vanidades incipientes y miserias acentuadas.   

Durante el conflicto, que culminó a mediados de 1963 con la parcelación del fundo, las partes acudieron a diferentes estrategias tanto de hecho como legales para hacer valer sus pretensiones, con la marcada benevolencia del Estado a favor de los propietarios del predio en primera instancia, pero luego cuando vieron comprometidos los intereses de estos por la razonabilidad de los sublevados, se hizo ver como garantista de los derechos de los menos favorecidos, con un acto de entrega de títulos a los nuevos propietarios, la construcción de una ciudadela, la promoción de cooperativas agrícolas y la formación de microempresas; pero es cierto, que la historia coloquial aún no se ha encargado de marcarle la verdadera importancia que representó este suceso.  

Desde que se inició el movimiento, quienes participaron debieron enfrentar a una burguesía que no dudó en aplicar sus influencias para demeritar a su favor las intenciones de los rebeldes, burguesía de la que hacían parte hacendados comarcanos, la mayoría residentes en la ciudad de Pasto y afiliados al partido conservador; pero los insurrectos, también contaron con el apoyo de personas de la política, el periodismo, el sindicalismo e incluso el clero, en su mayoría vinculados al partido liberal y otras cercanas a la izquierda nacional.

Hoy, quien visita la zona, difícilmente puede determinar la naturaleza del conflicto y los alcances que tuvo en su momento. Las brumas del olvido se han encargado de cumplir su función, y el tiempo inexorable se ha encargado de ir desapareciendo a los protagonistas de estos acontecimientos, salvo aquel ávido escrutador de los aconteceres coloquiales que no deja de sentir nostalgia de la gesta, cuando un grupo se atrevió a desafiar a las oligarquías, aunque los hoy beneficiarios del suceso, miran como si los logros hubiesen sido simples objetivos alcanzados, sin siquiera profundizar en la lucha que afrontaron.

Durante la lucha legendaria que se prologó por cerca de cuatro años, utilizaron el acontecimiento de la batalla de Bomboná para tratar de asimilarla al conflicto, y no obstante su diametral importancia, enlazaron los sucesos en razonables similitudes, desde los objetivos mismos propuestos hasta las consecuencias suscitadas; descendiendo del máximo conjugado en las gestas libertarias de los pueblos americanos, iniciadas anunciando el respeto a un lejano rey, pero pregonando una libertad decantada en el acceso al poder político, hasta lo mínimo del conflicto suscitado en la hacienda Bomboná, donde la libertad es pregonada en el acceso a la propiedad, es decir, recuperar aquello que perteneciera y le fuera arrebatado a su estirpe ancestral, buscando esta vez sí una segunda oportunidad en este globo terrenal.

Consacá, 22 de septiembre de 2023

Author: Admin

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