Película nariñense en el estreno de programa televisivo

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Foto: cinemasonor.wordpress.com
Con la película “Jardín de amapolas” del
director nariñense Juan Carlos Melo Guevara comenzó este sábado a las 9 de la
noche el nuevo programa del Canal Capital “Encarrétese”
, un espacio de difusión
del cine colombiano.

Según la página de la Secretaría de Cultura,
Recreación y Deporte del Distrito Capital de Bogotá, “Encarrétese” es la
ventana de Canal Capital para el Cine Colombiano, un espacio de difusión
cinematográfica en el que en cada emisión Blanca Inés Arcila y Beatriz Cháves
darán la bienvenida a un director
, que nos dará a conocer su obra fílmica y nos
contará su experiencia en la construcción de su película.
En el primer capítulo las anfitrionas del
programa entrevistaron al director nariñense Juan Carlos Melo Guevara, quien
dio a conocer varios aspectos relacionados con la realización de su primer película
“Jardín de amapolas”
grabada en el sur del departamento de Nariño.
La película se estrenó en Pasto el 20 de
agosto del año pasado en el marco del 10º Festival internacional de cine de la
capital nariñense y a nivel nacional el 4 de diciembre del mismo año.
Melo Guevara señaló en una entrevista con Claudia Rojas Arbeláez del País de Cali que su proyecto comenzó en 2007 y después de muchos obstáculos pudo cumplir el sueño de grabar la película con actores naturales y con la belleza del paisaje del sur de Nariño.

Esta es la entrevista publicada en el portal www.elpais.com.co publicada el 14 de diciembre
de 2014.

¿De dónde surgió la idea de contar una
historia como ‘Jardín de amapolas’?
Aunque es una ficción, esta es una historia
nacional. Muchos de los pueblos del sur han sido azotados y desplazados por el
conflicto armado, por eso era necesario hablar de los que hemos sido víctimas
directas o indirectas de este tema. Cuando decidí escribir este guión lo hice
de un solo impulso, y me resultó fácil involucrar a los personajes que iban
saliendo, en tanto que eran anécdotas que ya había escuchado de muchas personas
a mi alrededor.
Hacer películas en Colombia no es fácil. Mucho
menos para una persona de provincia que no tiene los contactos y los medios
para visibilizarse en una industria donde muchos se mueven por influencias…
Desde que escribí esta historia sabía que
tenía a mi alcance lo más importante: el paisaje nariñense que había sido poco
explotado en el cine nacional. Y por lo mismo nunca dudé en que iba a hacer la
película, tanto que me endeudé y compré una cámara. Sin embargo, con esta
película se hizo un recorrido bastante parecido al que hacen muchas películas
colombianas. Escribí el guión y lo mandé a una convocatoria del Ministerio
buscando recursos para poder producirla. En esa convocatoria había muchos
directores importantes participando, y por lo mismo no tenía muchas
expectativas, sabía que sería difícil ganar. Pero me lo gané. Eso fue en el
2007.
Sin embargo, la película apenas sale a
cartelera ahora, a finales del 2014. ¿Qué pasó durante ocho años?
Este rodaje se realizó en varias etapas. La
consecución del casting fue larga. Este proceso fue muy importante para mí
porque, más que actores, quería encontrar a los personajes de mi película en
ellos. Los actores son de la región, ninguno con experiencia en actuación en
cine. Con el niño, por ejemplo, tuvimos una anécdota muy chistosa: él presentó
el casting solo por evadir un examen y terminó siendo escogido. Después de esta
etapa de casting y ensayos, vino la primera etapa de filmación. Una muy
precaria, no teníamos nada y lo queríamos todo. Por fortuna, se unieron
productoras amigas y así logramos salir adelante, al menos en la primera etapa.
Desgraciadamente tuvimos que suspender el rodaje la primera vez por culpa del
invierno… y solo lo retomamos un año después. Luego vinieron otras cosas hasta
que por fin logramos presentar la película en el festival de cine de Cartagena en
el 2012.
Entonces la película se convirtió en una
escuela no solo de actuación sino también de cine. Porque la mayoría del
personal con el que trabajó, nunca había hecho cine.
El 80 por ciento del personal técnico nunca
había hecho una película. Personas que habían trabajado en audiovisuales, pero
sobre todo gente muy inquieta. La dirección artística, por ejemplo, la hizo
Milton Cabrera, que es un artista plástico muy reconocido de la región. Pero
siempre tuvimos lo más importante: la belleza de Nariño. Y en esto lo único que
tuvimos que falsear fue el cultivo de amapolas porque el resto es natural. Nada
tiene efecto digital, la laguna que ahí se ve es así de hermosa.
¿Al ver su película es inevitable no pensar en
‘Los colores de la montaña’ con la que comparte el tema del conflicto armado y
los niños?
Es una coincidencia, porque mi película empezó
en el 2007, en Ipiales, y la de Carlos César se gestó en Medellín,
simultáneamente. Eso refleja que la realidad de nuestro país nos genera las
mismas inquietudes a los directores.
¿Cuáles fueron los trámites que tuvo que
realizar para poder mostrar el cultivo de amapolas?
Necesitaba un cultivo de amapolas, pero me
dijeron que eso estaba prohibido. Así que tuvimos que sembrar solo unas cuantas
plantas, ya no recuerdo cuántas. Pero si sé que era el límite legal permitido.
Las sembramos y las cuidamos durante cuatro meses, deshierbándolas; ¡solo nos
faltó hablarles para que crecieran tan bonitas! Después las duplicamos con un
efecto y así logramos el sembradío, para que no se asuste si la ve alguien de
antinarcóticos.
Hay algo que llama la atención de la película
y es que tiene una doble narración que permite mantener a los espectadores
atentos, moviéndose entre la tensión y la risa. Y también parece como si los
niños le dieran un aire diferente.
Creo que el mejor género para representar la
historia del conflicto en Colombia es el terror. Aquí el monstruo es la guerra
y los seres más débiles son los niños. Y para mí era muy importante que la
gente se sensibilizara con las víctimas. Algo que no pasa mucho en la
televisión donde el protagonista es el victimario. Yo lo que hice fue poner a
la víctima como protagonista y eso le da dignidad a alguien que ha sufrido los
horrores del desplazamientos y la guerra.
‘Jardín de amapolas’ ha tenido poca difusión y
ésta siendo proyectada en pocas salas. ¿Le preocupa esta lucha?
Ha sido un problema de falta de recursos, sin
embargo hemos tenido a nuestro favor los festivales de cine y la crítica. Ellos
consiguen convocar a la gente. Y, al final, eso es lo que nos interesa.
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Author: Admin

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