
Por Nilza Pantoja Ágreda
Facebook: Pantojanilza
Cuando anunciaron la construcción de la Maqueta de la Paz en Samaniego, el 9 de marzo de 2024, muchos lo recibimos como una gran oportunidad para que Nariño se convirtiera en un modelo de implementación de paz. No solo entendida como el cese al fuego por parte de los grupos armados o el aumento de pie de fuerza, sino como una verdadera ocasión para que el gobierno nacional trajera nuevos recursos a esta tierra.
Pues les cuento: después de más de un año solicitando a diferentes entidades del Gobierno Nacional la relación de proyectos contenidos en la anunciada maqueta de la paz, el Departamento Nacional de Planeación me remitió un oficio —que comparto en mis redes— con una matriz de proyectos. Al revisarla, se pueden identificar varios puntos clave:
Primero, la matriz presenta serias falencias en la información. Sin embargo, el valor total alcanza una cifra tentativa de $297.600 millones. Digo tentativa porque algunos proyectos no reportan su valor y otros solo tienen estimaciones. Los sectores contemplados son: vías, educación, salud, agua, conectividad digital, cultura, y un proyecto de transformación productiva y desarrollo económico.
Adicionalmente, se observan dos tipos de proyectos: unos que son nuevos y otros que hacen parte de la oferta institucional, es decir, recursos que habrían llegado al territorio con o sin la maqueta de paz. Ejemplos de esto son el Programa de Centros Digitales, que contempla 14.745 puntos de acceso a internet en todo el país (en los 1.104 municipios de Colombia), o Caminos Comunitarios de la Paz Total, anunciado el 19 de septiembre de 2022, un año antes de la maqueta.
Y les cuento: la mayoría de recursos reportados pertenecen a esta oferta institucional.
Segundo, del total de proyectos, el 60% (más de $150.000 millones) son apenas ideas o están en etapa de estructuración. Cerca de $97.000 millones (33%) se reportan como en ejecución o terminados. Sin embargo, estas cifras generan serias dudas. Por ejemplo, la intervención de la vía Samaniego-Túquerres, con un valor reportado de $39.200 millones, tiene el CONPES 4039 de 2020, y aunque aparece como “en ejecución”, fue licitada por FINDETER el año pasado por solo $13.604 millones y fue declarada desierta. Hoy no hay nada. Si eliminamos este proyecto, el porcentaje real de ejecución baja al 19%, y nuevamente, buena parte de estos recursos provienen de la oferta institucional.
Con todo lo anterior, quedan dudas y sin sabores. La Maqueta de Paz para Nariño prometía más que obras: ofrecía esperanza. Nuestro departamento camina por senderos difíciles y apostarle a la paz desde los territorios sigue siendo una bandera que compartimos con el gobierno local.
Pero el incumplimiento, el desorden, y la falta de información clara y veraz están dejando un vacío profundo.
Las maquetas no construyen caminos, ni hospitales, ni escuelas. Lo que de verdad construye es una voluntad política seria de las partes. Voluntad que hoy seguimos esperando.
Desde el Gobierno Departamental urge una citación de las entidades nacionales aquí, a Nariño, para que nos digan, con qué recursos realmente contamos y hasta dónde podemos llegar.
No permitamos que este sueño se quede en una simple maqueta de escritorio.