
El despertador del sur
Por Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
Hoy en el Día del Compositor Colombiano, como amante y promotor de la de música colombiana, me he permitido el honor de traer a estas páginas un fragmento de la vida y obra, de otro de los grandes músicos y compositores nariñenses, el maestro Plinio Herrera Timarán nacido en Pasto el 21 de octubre de 1908, “el eximio bandolista colombiano” con el único propósito de seguir manteniendo vivo su maravilloso legado y no pase, como muchos, al implacable olvido.
Hablar de Plinio Herrera Timarán es hablar de la historia de la música de Colombia, es recordar cómo con sus dedos, son sus manos prodigiosas, verdaderos dones que Dios le brindó, arrancó de las cuerdas de su bandola, su tiple y su guitarra, instrumentos que ejecutó con verdadera maestría y que fueron sus compañeros inseparables a lo largo de su vida artística, las notas de la música brillante y universal, pero también de los bambucos, valses y pasillos, páginas musicales que traspasaron las fronteras regionales y dejaron el alto el nombre de su departamento.
Con el “Trio Nacional”, especialmente, del que fue fundador y director junto a Pedro Pablo Bastidas y Luis Noro Bastidas, realizó en los más elegantes recintos de las principales ciudades de Colombia y Ecuador maravillosas presentaciones artísticas; al lado también de otros grandes músicos como Glauco Cedeño, Jaime Llano González, Luis Uribe Bueno y Oriol Rangel, de talla nacional; con Luis E. Nieto, Ignacio Burbano, Hugo Realpe Pantoja y Eduardo Unigarro, entre otros, puso muy en alto el nombre de Pasto y de Nariño y escribió las páginas más gloriosas y brillantes de la historia de la música colombiana y nariñense en particular.
Desde las aulas escolares en la Escuela de Música de la Universidad de Nariño donde fue profesor, formó y forjó sin egoísmo, a una camada de discípulos que después fueron los grandes músicos y maestros ejecutantes de la guitarra, el requinto y la bandola.
Con este compositor, fallecido en el olvido el 7 de julio de 1994, autor de más de un centenar de piezas musicales: bambucos, pasillos, valses y de música brillante, Pasto y Nariño aún están en deuda para rendirle, así sea póstumo, el homenaje que en vida mereció pero que jamás se lo hicieron. Qué bueno sería crear la Medalla “Plinio Herrera” y homenajear con ella a los grandes compositores nariñenses en su Día Clásico.
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