Tomado de www.bbc.com/mundo
Diana Trujillo tenía 17 años y US$300 en el bolsillo cuando llegó a Estados Unidos desde Colombia.
Durante años limpió casas para pagar sus estudios y llegar a graduarse en ingeniería aeroespacial.
La ingeniera de la NASA es actualmente directora de vuelo de la misión Marte 2020, que el 18 de febrero depositará en la superficie marciana a Perseverance, el rover o robot explorador más avanzado jamás enviado al espacio.
El robot no sólo buscará evidencias de vida pasada y recogerá muestras de rocas que serán regresadas a la Tierra en una futura misión. También pondrá a prueba tecnologías pioneras que serán clave para una futura presencia humana en el planeta rojo.
BBC Mundo habló con Diana Trujillo sobre los objetivos de la misión Marte 2020, los “cinco sentidos” de Perseverance, y por qué buscar la validación en otros es uno de los grandes obstáculos para salir adelante en la vida.
Tu rol es directora de vuelo de Marte 2020, ¿qué significa eso?
Cuando lleguemos a la superficie de Marte diferentes grupos operarán el robot.
Uno de esos grupos es el de los directores de vuelo, somos cuatro, y los directores de vuelo son responsables de liderar el grupo que hace todo el análisis del robot, de qué información nos está dando.
Si hay problemas analizamos qué tenemos que hacer para recuperar al robot y poder decir si estamos listos para el siguiente día y podremos comandarlo o no.
Además fuiste responsable con tu equipo del brazo robótico.
Diferentes grupos tienen diferentes niveles de trabajo. Hay un grupo de ingeniería mecánica que hizo todo el diseño del brazo robótico con la mano y los instrumentos que lleva.
Lo que mi grupo hizo es que una vez que el diseño mecánico estuvo hecho, y también el diseño electrónico, tomamos esa parte y la integramos con el diseño del software para estar seguros de que cuando tú comandas el robot hace lo que tiene que hacer.
Mi grupo tuvo que evaluar y hacer todas los exámenes para demostrar que lo que el brazo robótico y la mano y los instrumentos hacían era exactamente para lo que estaban diseñados.
Me gusta mucho el nombre que usamos de brazo robótico, porque es como tu brazo, tu mano, tu muñeca y tus dedos.
Entre los dedos del robot hay dos instrumentos, uno que se llama SHERLOC y uno que se llama PIXL. Esos dos instrumentos necesitan que el brazo robótico los ponga cerquita de la roca para que puedan hacer un escáner e identificar si hubo en algún momento vida en la superficie de Marte.
Esos instrumentos tienen que llegar en ciertos momentos a cinco mm de la roca para estudiar los lugares donde hay más posibilidad de vida pasada y determinar cuáles son los elementos químicos en esos lugares.
Una novedad es que Perseverance tiene micrófonos, muchos tal vez se preguntan qué esperan escuchar…
Yo me haría la pregunta de manera opuesta, ¿por qué no? Cada vez que exploramos los planetas pensamos prácticamente en los cinco sentidos, quiero ver, quiero tocar, entonces ¿por qué no querer oir?
Y hay un instrumento que pueden pensarlo incluso como el gusto, porque una vez que taladramos la roca Perseverance puede encapsular especímenes en tubos y luego los guarda dentro del robot. Es casi como si se los estuviera poniendo dentro de su estómago.
Hemos tratado de pensar: ¿qué podemos hacer para maximizar la perspectiva que tendría una persona si estuviera en la superficie de Marte?
Instrumentos del robot explorador Perseverance
Y esos especímenes o muestras de roca pulverizada que se guardan dentro del robot, ¿cuándo serán enviados a la Tierra?
El robot irá hasta un lugar que decidirá la NASA para dejar los tubos en la superficie, en espera de una siguiente misión (Mars sample return mission o Misión de retorno de muestras de Marte).
La misión que viene es la que va a recoger los tubos y devolverlos a la Tierra, la expectativa es que eso ocurra entre 2031 y 2038.
Tú también trabajaste en Curiosity, el robot explorador que llegó a Marte en 2012. ¿Qué diferencias hay entre Curiosity y Perseverance y cuáles son las preguntas que cada uno intenta resolver?
Para hacer una analogía, imagina que vas viajando en carro. Me gusta eso de viajar en el carro para conocer. Cuando estás viajando en el carro te bajas y ves una casa donde las personas vivían antes.
Eso fue lo que hizo Curiosity, bajarse del carro y decir, aquí hay una casa, Curiosity respondió a la pregunta de si hubo en Marte condiciones, la “infraestructura” o la composición química para sostener la vida.
Pero luego volviendo a la analogía del viaje en carro te empiezas a preguntar quién vivía en la casa, cómo sería esa persona.
Entonces la pregunta que está tratando de contestar Perseverance es si hubo vida en la superficie de Marte o no. Ya que encontramos la casa, ¿será que alguien vivió allí? Esa es la diferencia.
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¿Cuánto más avanzada es la tecnología de Perserverance comparada con la de Curiosity?
Cada vez que mandamos una misión hay un siguiente paso y más tecnología. Te voy a dar algunos ejemplos.
Con Perseverance vamos a llevar el primer helicóptero que hemos llevado a cualquier planeta. Yo todavía acá en la Tierra, cuando veía el Superbowl y mostraban los drones con cámaras, me decía “qué perspectiva tan chévere”. Ahora imagínate eso en la superficie de Marte.
Otra tecnología tiene que ver con esta pregunta: cuando llevemos humanos a la superficie de Marte, ¿cómo los vamos a sostener? Entonces hay un instrumento que se llama MOXIE que va a crear oxígeno a partir del CO2 o dióxido de carbono en la atmósfera de Marte.
Otro ejemplo es el que te mencionaba antes, el instrumento mecánico más complejo que hemos llevado a Marte y que va a colectar muestras de especímenes de rocas en 49 tubos del tamaño de un lápiz.
¿Cómo es ser miembro de un equipo que trabaja con un objetivo común como Perseverance?
Al tener una meta común, pensamos en cómo podemos llegar allí en la forma más eficiente. Entonces no pensamos en quién tuvo la idea, si tú lo hiciste o yo lo hice, si ella lo dijo, bla, bla, bla.
Termina uno pensando en lo que quiere uno hacer y no se distrae como yo diría con bobadas, que lo hacen a uno perder el tiempo.
Es extremadamente chévere porque se te olvida el tiempo, estás dedicado totalmente a lo que estás haciendo, es como si estuvieras viendo una película y no te das cuenta de qué hora es.
Has mencionado que en ese trabajo en equipo surgen momentos de magia…
La magia es que puedes tomar una idea y enfocarte en mejorarla y la idea cada vez se vuelve más compleja pero más posible.
Cuando yo hablo de magia es el momento en que tu idea más la mía, más la de ella, más la de él, más la de todos los otros se juntan, se pegan, en vez de ser una idea que quita.
Para hacer una analogía es como si estuviera uno sumando con legos, y uno va poniendo legos encima de cada uno en vez de coger un lego y quitarlo para poner otro, así nadie llega a ninguna parte.
Cuéntanos sobre tu llegada a Estados Unidos desde Cali
Yo llegué a Estados Unidos cuando tenía 17 años y no tenía muchos recursos. Una de las razones por las que me vine fueron las expectativas de lo que la sociedad estaba diciéndome que tenía que hacer, yo no estaba interesada en eso, y me dije, no, no puede ser.
¿Cuál era esa expectativa?
La expectativa desafortunada en mi perspectiva de lo que la mujer tiene que hacer y cómo se tiene que ver y cómo se tiene que comportar y cuáles son las aspiraciones de una mujer.
Sentía que para poder hacer lo que yo quería tenía que pelear todo esto y demostrarle a todo el mundo que yo puedo hacer más. Sentía: “estoy perdiendo mi tiempo”, distrayéndome tratando de convencer a la otra persona de que yo soy capaz de hacer algo.
Yo sé que soy capaz de hacer algo, entonces no es que yo no pueda, es el entorno que tiene que cambiar. Viendo hacia atrás me doy cuenta que fue por eso por lo que tenía yo que venirme para acá.
¿Y cuándo nació tu interés por el espacio?
Nació sobre todo porque el año en que yo nací en Colombia había mucho conflicto desafortunadamente, y cada vez que hablábamos de salir a la calle teníamos la conversación de qué pasa si hay una bala perdida y tú estas afuera y te atraviesas.
Siempre teníamos esa conversación en Cali, “si escuchas eso te tiras al piso, si pasa esto haces otra vaina”. Cuatro años tenía mi hermano, ocho mi otro hermano y doce yo. Es una conversación muy pesada para tener con niños, pero hay que hablarla porque de pronto te mueres.
Entonces pensando en eso y pensando “no puede ser que la vida sea así”, para mí la forma de despejarme o despegarme de todo eso era acostarme en el pasto y mirar el cielo en la noche.Nomás estás escuchando los animales y viendo las estrellas y te calmas de una, porque no hay nada más pasando.
Es chistoso, porque te acabo de decir “no hay nada más pasando”, pero hay todo pasando, los planetas tienen que estar en el lugar en el que tienen que estar, se están moviendo, todo está pasando pero en un orden y en una paz inmensa, y yo quería entender cómo es que todo eso funciona.
¿Es verdad que llegaste a Estados Unidos con US$300 en el bolsillo?
Sí, cuando llegué no sabía inglés y tenía US$300 dólares en el bolsillo. Empecé trabajando como empleada doméstica mientras conseguía dinero para poder pagarme mis clases de inglés.
Tenía cuatro trabajos para poder conseguir más dinero para pagarme la universidad y ahí empecé y me metí a la universidad a estudiar ciencias del espacio y eventualmente ingeniería aeroespacial.
Has dicho que los nombres de los rovers de Marte simbolizan cualidades que te ayudaron en tu vida: curiosidad y perseverancia. ¿Qué consejo darías a jóvenes que quieren seguir un rumbo similar y trabajar en la NASA?
El consejo que daría a las personas que quieren salir adelante es un consejo simple pero difícil, que es aprender a cerrar todas las otras opiniones que a veces desafortunadamente son negativas, porque en lo que hay que enfocarse es en la esperanza y en la expectativa de lo que uno quiere hacer.
Yo pienso que muchas de las veces tú tienes en el corazón lo que quieres hacer, tú lo has sabido siempre, ese sentimiento está en tu corazón, el problema es que a veces uno escucha las opiniones de otras personas y uno como que pierde el horizonte para donde uno va.
Entonces el consejo para mí a las personas que quieren hacer algo, lo que sea, es escríbelo, escríbelo, siéntate por la noche afuera en el pasto, mira las estrellas y ponte a pensar en qué es lo que tú quieres hacer, qué te hace feliz, y hazlo, hazlo.
Es interesante que a veces uno esté buscando la validación de otra persona no necesariamente porque uno no sabe lo que uno quiere.
Es como un pajarito chiquito. Uno dice “tengo esta idea como un pajarito chiquito” y quieres ver si abre las alas y vuela, pero te da miedo, entonces tú compartes el pajarito chiquito y viene el otro y te dice, ah no, eso no deberías estar haciéndolo y eso lo afecta a uno y uno termina no haciendo lo uno tiene que hacer.
Así que el consejo es cuida ese pajarito, no lo tienes que compartir con nadie. Una vez esté más grandecito y vuele ahí sí ya todo el mundo va a querer compartirlo contigo.
Fuiste la primera mujer latina en entrar a la Academia de la NASA. ¿Qué consejo darías a niñas que quieren seguir un camino en ciencia?
Para las niñas es muy parecido el consejo pero un poquito distinto. Es lo mismo que te acabo de decir con el hecho de que a veces a la otra persona no le alcanza la imaginación para entender que tú también eres capaz, que no te tienes que portar diferente, no tienes que ser una niña o una mujer diferente, tienes que ser tú.
Y a veces el problema es que no tienes modelos o roles que se parecen a ti y por eso la persona a la que le estás preguntando probablemente es bien diferente a ti y te va a dar un consejo de acuerdo a esa persona.
“Yo como un hombre estadounidense estudiando en Harvard pienso que eso es lo que tienes que ser”. Y tú piensas, pero yo no soy hombre, no soy estadounidense y lo veo todo tan distinto.
El consejo entonces es como te dije, cuida el pajarito y entiende que el tuyo es más especial porque no lo hay todavía, y como no lo hay tienes que aferrarte a que tienes la idea correcta y hacerlo.
Has dicho en el pasado que para muchas mujeres latinas el principal desafío es vencer el “síndrome del impostor”, la creencia de que no son lo suficientemente buenas…
No solamente las mujeres latinas. Yo pienso que las mujeres en general tenemos el síndrome del impostor donde nos preguntamos si somos capaces o si no somos capaces.
Estoy segura que si yo te hubiera preguntado hace 15 años qué quieres hacer en tu vida, en tu carrera, me lo dices con pena, diciendo “no sé si será una buena idea compartirlo”.
Te lo digo porque yo lo hago también, y adicionalmente me das toda la lista de cosas que tienes que hacer antes de hacer eso que quieres, pero entonces, ¿cuándo lo vas a hacer?
¿Entonces qué pasa? A otra persona puede sonar como si uno no creyera, que tal vez una no está segura, y no tiene nada que ver con eso. Tiene que ver con el hecho de que como mujeres siempre nos han dicho que ahí no, que así no es, que esto no está bien, que es mejor así, entonces busca uno como esa validación necesaria.
Y en la mujer latinoamericana pienso que a veces eso se amplifica, porque ahora no solamente es lo que decía antes, sino que hay expectativas de que tú eres la mamá, que tienes que estar en la casa, hay un poco de cosas que a veces la cultura latinoamericana pone encima de la mujer.
Volviendo a la misión de Perseverance, si descubren que sí hubo vida en Marte, ¿qué impacto puede tener eso en los desafíos que enfrentamos en la Tierra como el cambio climático? ¿Y qué significaría para ti a nivel personal?
Pienso que de lo que vayamos a descubrir con esta misión puede venir una inquietud de entender o resolver el problema del clima y cómo cuidar el planeta Tierra.
Si nosotros nos damos cuenta que no estamos solos en el universo, olvídate, eso es como cuando uno se da cuenta que el carro no era de uno, que fue prestado y uno va y lo lava y lo limpia.
Vas a tener que reevaluar y tener esa introspectiva y decirte “ay Dios mío, si yo no soy la única entonces yo tengo que hacer esto mejor”. Y mi analogía del carro es exactamente el planeta Tierra, cuando te das cuenta que no eres el único, que el carro no era tuyo, te toca cuidarlo.
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