Su limitación física no fue pretexto para que doña Mercedes Portillo asista a la eucaristía de las 5 de la mañana en la mayoría de los días de la Novena de Navidad.
Su esposo, don Mario Alfonso Bravo, siempre la llevó temprano y la ubicó en la parte delantera de la primera columna izquierda, después del altar mayor, y ahí con devoción participó en la eucaristía y compartió sus saludos en el momento que el sacerdote anunciaba “podemos darnos la paz”.
Luego de dejar a su compañera en este lugar, don Mario Alfonso, buscó un lugar en las bancas delanteras de las naves ubicadas a la izquierda de la basílica y, de igual manera, participó en la eucaristía.
En el momento de la comunión la llevó a recibir “el Cuerpo de Cristo” y una vez el hacía lo propio la regresó a “su puesto”, donde doña Mercedes participó en el rezo de la novena.
Terminado el acto religioso, don Mario Alfonso, regresó al mismo sitio y condujo a su esposa hasta la salida del templo y luego hasta su casa ubicada en la carrera 4, barrio Comercio.
Nuestro saludo de Feliz Navidad para doña Mercedes, don Mario Alfonso y todos sus familiares.