mostrado más segura y coherente. Su peor adversario es el alto y mediano clero
de la izquierda. El Polo, que era la esperanza de la izquierda colombiana y de
los indignados, ha ido resquebrajándose internamente por los mismos vicios del
liberalismo y conservatismo: la angurria por el presupuesto oficial y el resto
de corrupciones de toda estofa: electorerismo (garajes de micro o macro
empresas electorales), caudillismo y clientelismo.
El esposo de la candidata ha
tenido acusaciones de corrupción, no del todo aclaradas. Los Progresistas de
Petro y Navarro han cazado una lucha con los Polistas, casi tan encarnizada
como la de la derecha del presidente Santos con la extrema derecha que
representa Álvaro Uribe, aunque entre la clerecía izquierdista no fluyan ni la
podredumbre ni los caudales de dinero que parece que sí corren en la guerra
sucia de la derecha. El ala petrista ya se declaró solidaria con la campaña del
presidente Santos, inventándose unas condiciones que, de llegar a darse la
victoria, serán desconocidas y sólo se le recordarán aquellas que propendan por
la sobrevivencia política del inteligente pero arrogante Petro. De seguir así,
el Polo morirá -como otros partidos de izquierda- entre un gran fiasco y la
frustración popular o se minimizará hasta la insignificancia, como sobreviven
algunos.
clara en contra del Proceso de Paz que se discute en La Habana. Es la
resonancia de la misma voz de la extrema derecha uribista pero con el logotipo
del Partido Conservador. Nada ha declarado en contra de las ilegales y
escandalosas evidencias que, cada día y a cuentagotas, se van conociendo de la
inmoral o amoral campaña del candidato de Uribe de supuestos hackers y chuzadas
para la guerra sucia. Lo conocido hasta ahora es de tal tamaño que, en otro
país con un mínimo sentido no sólo de la justicia sino de la decencia, tal
candidato ya habría renunciado a la vergüenza presentarse en público y sus
ciudadanos habrían vetado a semejante pretendiente a la más alta dignidad de la
nación. ¿Un presunto indigno sentado en semejante dignidad? Sólo entre nosotros
no ocurre nada. Peñalosa guarda un silencio aséptico. ¿Hasta dónde y desde
cuándo hemos llegado a lo que hemos llegado?
(1958-1974), que venía alimentada por esa grande que fue la dictadura de Rojas
Pinilla, que a su vez surgió como resultado a la corrupción de los gobiernos
conservadores desde 1946, que a su tanto fue la respuesta a la dirigencia
liberal que no permitió la marcha de la justicia social que pretendió implantar
“La Revolución en marcha” de López Pumarejo (no se lo permitió y lo “asustó”).
Y antes, la hegemonía conservadora desde fines del siglo XIX hasta 1930. Y
antes las guerras entre compadres generales que habían sobrevivido a las
guerras independentista y postindependentistas, por el presupuesto nacional.
¿Entonces, cuándo se nos “jodió” esto y hasta cuándo? El Frente Nacional fue la
institucionalización estatal de la corrupción. La línea de partida de la
corrupción actual. No es casualidad que fuera inmediatamente posterior a este
período cuando surge el narcotráfico. Sus fortunas y su amoralidad, fueron la
combinación perfecta no sólo para la política actual sino para toda la
administración gubernamental estatal: “plata o plomo”, consigna que resume esa
era.
más dignas para mí son: el voto en blanco o Clara López que ya demostró que
sabe gobernar y administrar, a pesar de la contradicción que representa su
marido. Por la no del todo clara juridicidad que todavía representa el voto en
blanco, ampliamente publicitada, no me parece recomendable. Para mí, si la
opción de la segunda vuelta fuera el presidente Santos enfrentado contra el
candidato de la guerra y de las chuzadas y de los hackers, no tendría otra
opción que la de votar por la continuación del Proceso de Paz. Obligatoriamente
por Santos. 20.V.14
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