“A Dios rogando y con el mazo dando”

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Endulzando las
palabras
Por Iván
Antonio Jurado Cortés
iajurado@yahoo.com
Colombia uno de
los países más folclóricos del planeta, y ahora el más feliz del mundo, cada
vez bebe de su propio veneno. Luego de la firma del acuerdo de paz con la
agrupación guerrillera más antigua y mejor organizada de Latinoamérica, han
sido los prejuicios del mismo pacto pacificador que la esencia de la paz lo que
se ha priorizado, provocando malestar e incertidumbre generalizada
.

El ejecutivo en
sus facultades legales y constitucionales no se obligaba a convocar plebiscito
para aprobación del acuerdo de paz, suficiente a través del congreso de la
República u otro mecanismo expedito. Sin embargo, y hasta qué punto
oportunismo, Juan Manuel Santos, se atrevió a dejar esto en manos de un pueblo
hipnotizado que no se ha cansado de llorar a sus muertos, pero saborea de
dientes para adentro cuando los medios de comunicación muestran noticias de
asesinatos
o actos contra los derechos humanos.
La genética
conflictiva del criollismo nacional no tiene límites, prueba de ello la añorada
paz que por décadas se había exigido; 
hoy, cuando se juegan las cartas en serio, los reyes se rehúsan a
proseguir, permitiendo que sean los caballos los que determinen el camino. Era
de esperarse que para llegar a esta instancia de pacificación con la subversión
necesariamente había que sentarse a dialogar y concretar, acción no aceptada
por ciertos sectores de la población
, la mayoría influenciados por palabrería
endemoniada movida con combustible del odio.
La
sinvergüencería ha tocado fondo, hasta el extremo de organizar una marcha
contra la corrupción donde los activistas son los más cuestionados del país.
Protesta que sirvió para entender mejor el grado de abominación y venganza de
sus líderes, quienes no escatiman esfuerzos para expresar a la tierra del
‘Corazón de Jesús’ la sed de poder a costa de lo que sea. Nítidamente se
observa que el proceso de paz les importa un pepino
, sobreponiendo intereses
caciquistas cuya finalidad es endiosar al demonio, ese que tanto daño ha hecho
a la gente, ofertando muerte, desolación y millones de desplazados a lo largo y
ancho de la geografía nacional.
La sensibilidad
humana ha sido profanada por infames delincuentes de zapatos de charol, esos
que creen sentirse los amos de los peones. Lo preocupante es que estos
procederes maquiavélicos son fríamente calculados de tal manera que capturan la
inestabilidad emocional de las multitudes
, que finalmente son las que deciden
por el propio atraso o desarrollo. Después de una arraigada guerra que deja
muerte y pobreza, y se enciende la luz para callar fusiles, salen unos
ricachones lanza en ristre contra una iniciativa de los verdaderos afectados,
que imploran tranquilidad y justicia.
Como reza el
refrán, ‘a Dios rogando y con el mazo dando’, ironías de la vida. Sacan la
lengua en claustros religiosos y empuñan el arma para atacar al indefenso. La
propuesta en contra de salvar vidas y evitar lisiados es una absoluta
estupidez, es sinónimo de sentenciar a muerte a miles de inermes ciudadanos que
se amparan bajo la sombra de una discutida paz
, pero al final paz. El proceso
entre las Farc y el régimen ha servido para detectar el grado de maldad de
algunos líderes.
La
inconsistencia político-electoral  de
millones de connacionales permite un juego perfecto al seleccionado grupo de
solapados
que acomodan sus intenciones mercantiles gracias a la ignorancia y
folclorismo de unos pobres electores. Pese que su retórica esta mandada a
recoger, la memoria frágil de los esclavos del fanatismo abona el camino para
que los planes distorsionadores de los caciques sean un éxito.
No se puede ser
tan insensible a semejante barbarie que están proponiendo extremistas
oligarcas, su sed de revancha quebranta cualquier principio humano; más
lamentable aun, que sean los mismas victimas las que impulsivamente apoyen a
estos bellacos torturadores de la mansedumbre del constituyente primario. La
impotencia de la ciudadanía consciente se refleja en preocupación y desespero.
En Colombia el
descaro de muchos políticos hace parte de las perfectas cualidades que debe
tener un buen ´pluma blanca’ para alcanzar sus objetivos. La mentira y la
cizaña son armas eficaces para llegar a la meta. Ordoñez, Uribe y sus súbditos
han pelado el cobre y sus decisiones emprenden una cruzada bélica contra
quienes desean un mejor país
. La ambición de estos personajes no conoce
fronteras; ha llegado el momento donde la hipocresía se humilla ante la
cotidiana soberbia. Los problemas de Venezuela son insignificantes frente a los
nuestros.

Miércoles, 19 de abril de 2017

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