Los católicos tienen en sus expresiones
colectivas, actitudes y sentimientos que conllevan a las acciones que se
realizan en forma colectiva

En todas las comunidades de mayor o menor
importancia, lo mismo de la cantidad de habitantes, siempre se practica el
ritual  proveniente de la religiosidad
popular, en el presente escrito hacemos referencia a las “rogativas”.

Sandoná flagelada  por una época de intenso verano, escases de
lluvias para los cultivos de los campos agrícolas, tiene la necesidad de acudir
a las rogativas, son oraciones grupales que se elevan a Dios en pos de pedir
protección divina en estos momentos de calamidades naturales.

Las rogativas, se remontan al siglo V,
extendidas por todo el occidente europeo; América y en especial los colombianos
heredamos de la Madre Patria España estos rituales cristianos, ésta es una
cultura eclesiástica que no se escapa a ningún pueblo, a pesar de que se las
califique  como ritos paganos.

En Sandoná se realizaban las rogativas
precedidas por la estatua de “San Isidro Labrador” acompañada por los fieles
devotos y rogando por su intermedio que vengan las lluvias, para hacer más
fuerte y exigente la petición se acompañaba la procesión  con las notas musicales por una de las bandas
de la localidad, bien sea la Banda Santa Cecilia o la Banda Gardel. Esta
actividad religiosa se ha convertido en
una tradición aferrada a las antiguas 
usanzas, convicciones y creencias, articuladas con la iglesia, porque el
sacerdote era o es el personaje indispensable en esta historia antigua y
moderna de nuestros pueblos, objetivo principal provocar y conseguir las
lluvias.

Los citadinos y los campesinos influidos por su
religiosidad, piden con fe a Dios los libre del peligro de perder la
productividad de sus siembras y la conservación de los campos en todas sus
extensiones. Las oraciones de las rogativas eran enunciadas en forma
persistente y en voz alta. Para que sean escuchadas en todos los rincones del
pueblo y aceptadas por las personas creyentes o no creyentes. Los campos
agrícolas están sometidos  al peligro y
destres bien sean naturales o provocados por la mano del hombre. Las rogativas
se realizan por todas las calles para que el eco de sus voces atraiga el favor
divino. Las ilusiones, la ingenuidad, las supersticiones y la fe solapada
detrás de este ritual era para aliviar las preocupaciones y una terapia
tranquilizante  ante el estrés y
depresión que causa esta época de intenso verano. Naturalmente, al finalizar
este recorrido de la procesión hay que acudir a la Santa misa oficiada por el
mismo sacerdote que encabeza las rogativas.

Para los turistas y los mismos habitantes de Sandoná se quedan
perplejos ante el paisaje que presentan las montañas que rodean y por donde
bajan las corrientes de las “cascada o
chorrera de Belén. Por esta hermosa “cascada” 
no cae el torrencial de aguas que hacen agradable la imagen de este hermoso paisaje sandoneño.

En Pasto hay el adagio de “ Morasurco nublado
pastuso mojado”. En otras parte se oye decir: “No he visto gente más bruta, que
la gente de …………….. echaron el Cristo al agua porque no hacía llover”.

En la Biblia se narra el influjo de Moisés,
cuando entró al desierto con los israelitas, la gente se moría de  sed, entonces le pidió a Dios (rogativa) que les diera agua, aunque nos les diera de
comer. Moisés tocó con su vara encantada las rocas y de inmediato brotó el agua
para calmar la sed de los israelitas. Sin embargo, en el mismo pasaje bíblico,
el pueblo  saciado por la cantidad de
agua, ahora le piden algo de comer, el Señor oye las súplicas y al
instante  comenzó a caer del cielo  una copiosa lluvia de “Maná”, alimento que
satisfizo el hambre del pueblo israelita.

Es decir se concluye que hay palo para el que
boga, y palo para el que no boga o también se hacen  rogativas para que
llueva y rogativas para que no llueva, a
fin escúchalos Señor.