Al final duermen juntos

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Endulzando las
palabras
Por Iván
Antonio Jurado Cortés
iajurado@hotmail.com
No existe
diferencia entre nuestros folclóricos políticos y las parejas de cónyuges que
después de una discusión o riña, en la noche se encuentran para hacer uso de la
misma cama
. Obviamente que nadie duerme con
enemigos, en este caso, los dos intentaban tener la razón, hecho que conlleva
al desorden de la tranquilidad. Habrán enojos que duren horas o incluso días,
más puede la energía de unos cuerpos similares en sus pensamientos que una
bravuconada, terminando como de rutina, juntos y ahora sí, descontando el
tiempo perdido.

Este teatro se
vive en la actualidad con los aspirantes o candidatos que pregonan ser
independientes, con postulados ideológicos aparentemente distintos, pero en la
realidad simplemente un delicado maquillaje. El abanico electoral se sacude
cada que el viento ordena, en ocasiones las corrientes de aire son contrarias a
las tendencias; no importa, el objeto es moverse y mostrarse como solución a
tanta injusticia e inefectividad gubernamental. Ha llegado el momento de
enseñar las fortalezas y detectar las debilidades.
Los días corren
y la angustia más se apropia de los ‘personajes’ con aureola de caudillo,
exponiendo al máximo la capacidad neuronal, donde la malicia indígena combinada
con la sangre devoradora española, proyectan posibilidades que apunten al
fortalecimiento de la actividad proselitista y lograr el propósito. Como es
natural, de todas las vertientes partidistas e ideológicas surgen posiciones,
algunas arbitrarias a la necesidad popular; sin embargo, continúan su curso. La
intención de estas aspiraciones es llegar a la Casa de Nariño
y resolver los
problemas que al mismo tiempo son el eje de las campañas.
Revisando el
pedigrí político de los colombianos, fácilmente se concluye que existen
dominadores de casta que se han mimetizado al compás de las circunstancias
,
siempre atentos a los cambios inesperados, tal como debe defenderse el
posicionamiento de las élites gobiernistas. Esta es la razón indestructible
para entender el por qué no se debe creer en propuestas aparentemente
distintas, si muchos de los que hoy revientan antes compartían el mismo caviar.
Después de
arduos enfrentamientos y coloridos discursos, no es raro en las noches o fines
de semana encontrarlos repitiendo los mismos clubes e ingiriendo bebidas
elitistas. Cada vez se demuestra que la parodia política de este país es más
payasa que los clásicos payasos callejeros
. El eufemismo de estos personajes
hace parte de los requisitos para llegar al éxito. Cada que sopla el viento,
los cánticos de sirena se agitan y las serpientes la cabeza levantan; de seguro
que el lejano horizonte abraza la esperanza de triunfos quijotescos.
Y vuelve el
cómico entre los ‘barones de la política’ y las parejas de casados: discuten y
hasta de las ‘mechas’ se agarran, para darle paso a la celestina y en la noche
los catres hacen vibrar. No hay necesidad de vaticinadores especializados,
basta con dirigirse al retrovisor para observar que los colores se unifican,
solo que con la luz del día se tornan variados, como si un poderoso hechizo los
combinara al gusto de cada cliente.
Precandidatos
con síndrome de presidencia, la mayoría provienen de la misma estirpe
avasalladora e indigna que el pueblo siempre aborrece
, pero puede más la
efímera necesidad que la estropeada dignidad. Es un círculo vicioso que
entreteje tremenda maraña atrapando impulsos de sospechosos que insisten
sabotear la tranquilidad oligarca. Se avecinan tiempos definitivos que
permitirán al constituyente primario determinar si continua con los mismos
sabores o cambia de aliño.
A medida que
avancen las campañas, llegará el momento donde los genes oligarcas se volverán
a encontrar
, sin importar los arañazos ni las marcas de los colmillos, al fin,
todos son del mismo tronco y en su profundidad circula la misma savia. La
proyección del sistema político-electoral es diáfano, permitiendo asegurar
resultados y así derrotar a quien verdaderamente vaya en contra de los
intereses burgueses.
Los partidos y
movimientos políticos atizan la reverbera, y sus destellos en la cúspide se
juntan en función de absorber lo que ellos ahora denominan ‘castrochavismo’. La
famosa izquierda y derecha entraran en acción, conjugando directrices que
marcan las verdaderas intenciones. Ya se encuentra en el mercado el catalogo
para los adoctrinados, que incansablemente repiten que los buenos son los de
corbata y los demonios los de ´ruana’.

Domingo, 13 de agosto de 2017

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