Basílica Nuestra Señora del Rosario, orgullo de los sandoneños

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Cuando llegó el sacerdote Luis Rodríguez Muñoz procedente de Samaniego a reemplazar como párroco al padre Primitivo Paz en enero de 1946, los pobladores de Sandoná tenían en sus mentes la tragedia de mayo de 1940 en la cual más de un centenar de personas habían perdido sus vidas, por lo cual había aumentado el fervor religioso.

Nelson Erazo Rivera

Tan pronto se puso al frente de la parroquia Nuestra Señora del Rosario el padre Rodríguez Muñoz lanzó la idea de construir un nuevo templo para reemplazar al antiguo construido en tapias que estaba muy deteriorado.

Comenta el señor Nelson Erazo Rivera que la idea no fue del completo agrado de la mayoría de los dirigentes sandoneños, sin embargo pudo más la insistencia del religioso que al poco tiempo ya había convencido a los moradores, en su gran mayoría católicos, de construir un templo de gran dimensión para lo cual invitó a participar en actividades que tenían como objetivo recaudar los fondos para adelantar la construcción.

El historiador Libardo Suárez Andrade señala que en junio de 1946 el padre Rodríguez Muñoz, nacido en el municipio de Yacuanquer, contrató a nombre de la parroquia a la compañía de los arquitectos Julián Espinoza y Gerardo López, quienes se encargaron de la elaboración de los planos, mediante un convenio que expresaba que “debía ser en estilo gótico, conjuntamente con los respectivos detalles y demás requisitos de la nueva obra”.

Julian, hijo del arquitecto pastuso Lucindo Espinoza, estudioso de los templos europeos y americanos diseñó con su colega Gerardo López un templo en estilo neogótico similar a la catedral de Burgos (España), construida entre 1.221 y 1.260 en estilo gótico, a la catedral de Colonia (Alemania) construida entre 1.248 y terminada en 1.880 en estilo gótico y la catedral de San Patricio de Nueva York (Estados Unidos), construida entre 1.858 y 1.865 en estilo neogótico, con dos torres “magníficas” de gran altura para construirse en ladrillo o en piedra.

Libardo Suárez Andrade

Entre los primeros aportantes para la construcción del templo figuraron los señores José Guerrero, el mismo que donó el lote para la construcción del colegio Nuestra Señora de Fátima, Agustín Fajardo, Sofonías Rodríguez, Rubén Fajardo, Diomedes Rojas, Toribio Montezuma y José Rojas, entre otros.

Pensando en las actividades que le permitieran recoger recursos económicos el sacerdote dividió la zona urbana de Sandoná en tres sectores, bando norte, bando sur y la sección Melendres, en cada uno de ellos programó festivales bailables que le dieron un buen resultado en los recaudos, pero de igual manera se sumaron con aportes los artistas que llegaban con los circos y regalaban una función, los presentadores de cine sonoro y las personas que visitaban Sandoná por aquella época hacían lo propio.

Fue tal el compromiso de las familias sandoneñas con el desarrollo del proyecto constructivo, que regalaban animales como cabezas de ganado, cerdos y hasta casas que luego fueron rifadas para ayudar en la recolección de los dineros.

Para iniciar las actividades de construcción el sacerdote contrató al maestro de obra ecuatoriano José Farinango Checa, quien había trabajado en el Santuario de Las Lajas, el templo de Cumbal y el Santuario de Nuestra Señora de Visitación de Ancuya. El maestro llegó a Sandoná acompañado de su hijo Miguel y del maestro Filemón Vallejo Montenegro oriundo del municipio de Contadero, hermano del escultor Marceliano Vallejo Montenegro, de gran reconocimiento a nivel departamental.

Erazo recuerda que la obra comenzó con la demolición de la nave derecha, la nave de San Antonio del templo antiguo, que está sobre la calle 5, continuó con las excavaciones que fueron de 3 y 4 metros de profundidad hasta encontrar “terreno firme” y las rellenaron con piedra de los potreros de los hoy barrios Mundo Nuevo y Madrigal, que las personas ayudaron a transportarla hasta el sitio de la obra, para tener la cimentación.

Terminada la piedra recogida en los potreros del sector urbano, los líderes de la construcción determinaron buscarla en el río del Ingenio y así lo hicieron hasta que un buen día, mientras descansaban en una de las orillas, de casualidad, se encontraron con una mina de piedra tallada ubicada en el potrero de propiedad del matrimonio integrado por el señor Crisóstomo Enríquez y la señora Clementina Barco, quienes al enterarse de que se trataba de la construcción del templo de Sandoná no dudaron en permitir que la utilizaran.

Edgar Rivera

Por su parte el señor Edgar Rivera indicó que el transporte de materiales de construcción como la piedra del río Ingenio, la arena donada por la señora Clarita Vallejo de Caicedo de la mina del sector de La Pielroja y la madera que la trajeron de La Florida, se realizó en una volqueta que el párroco consiguió en donación de la regional Nariño del ministerio de obras públicas, la misma que condujeron en sus inicios los hermanos José y Carlos Basante y la bautizaron como “La Rosarito” o “La Charito”; la cal, que Luis y Carlos Andrade encontraron en la vereda Dorada Guaitara, fue transportada en costales a hombros de los voluntarios y luego la quemaban en el convento con el fin de utilizarla en una mezcla que la usaron para pegar las piedras.

Tanto Rivera como Erazo relatan que junto al puente del río Ingenio encontraron una gran cantidad de piedra tallada que según las informaciones de esa época, éstas hicieron parte de un templo indígena de gran dimensión porque al terminar la obra quedó piedra tallada en ese lugar. Para pulir las piedras el padre Muñoz consiguió unos canteros en el municipio de Cumbal, quienes se unieron a los maestros y obreros y desarrollaron su trabajo con el objetivo de que las piedras se puedan utilizar en la construcción de los muros.

Catedral de Burgos (España)

Las donaciones en dinero o materiales continuaron con el paso del tiempo, fue así como en el año de 1.965 el sacerdote sandoneño Alfonso Meza Cabrera regaló la baldosa que se instaló en el piso del templo, la misma que compró en la fábrica de baldosas Hércules de la ciudad de Pasto, de propiedad del señor Alfredo Andrés Rodríguez Mosquera, padre del actual secretario de gobierno departamental Jaime Rodríguez.

Rivera expresó que entre las personas que trabajaron en la construcción de la basílica además de los maestros mencionados y una gran cantidad de obreros estuvieron los albañiles Rafael Montezuma, Hilarión López y Gonzalo Portilla, entre otros y los carpinteros Zenón Medina, José Francisco Rivera y Edmundo Dávila.

Catedral de Colonia (Alemania)

Dos incidentes ocurridos durante este tiempo llegan a la memoria de Rivera: el primero fue el accidente al derrumbarse la mina de arena de La Pielroja que le costó la vida a una persona y dejó con discapacidad a otra y el segundo el gran susto que sufrió con Hernando Chávez y Rafael Montezuma cuando en el momento de instalar la cruz de la torre sur ocurrió un temblor, que afortunadamente no pasó a mayores.

El padre Luis Rodríguez Muñoz lideró la construcción del templo parroquial entre 1946 y 1954, cuando fue reemplazado por el sacerdote Ángel María Araújo Aux, natural del municipio de Carlosama, quien continuó con este gran proyecto acompañado del maestro Filemón Vallejo Montenegro hasta el año de 1968 cuando se realizó la bendición de la basílica Nuestra Señora del Rosario, precisamente el 30 de junio en la celebración del centenario de la parroquia.

Catedral de San Patricio (Nueva York, EE.UU)

La basílica Nuestra Señora del Rosario, que ha sido objeto de numerosos escritos y de la admiración de propios y visitantes, mide 23 metros de frente, por 54 metros de fondo y 66 metros de altura en sus torres; fue declarada bien de interés cultural de carácter nacional por parte del ministerio de cultura mediante Resolución 1615 del 26 de noviembre de 1999 ante gestión adelantada por la dirigente sandoneña Elsy Melo Maya, quien por esta época se desempeñaba como representante a la cámara por el departamento de Nariño.

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