Crónicas inolvidables. En busca de recuerdos

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Por Augusto Giraldo Cabrera Rodríguez
agusto.cabrerar@gmail.com

Este año es de beneplácito para un corregimiento de Sandoná: el centenario de existencia de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, es grato hacer homenaje a este terruño, por lo exuberante de su clima, de la acogida y gentileza de sus gentes y de su identidad folclórica y recreativa a partir del río Ingenio.

En tiempos históricos, era preferido como lugar veraniego, de las gentes, especialmente de la ciudad de Pasto.

En una anterior crónica, escribí sobre los pozos del río Ingenio.

En el presente artículo mi crónica está basada en las caminatas desde Sandoná al corregimiento de El Ingenio.

1. La carretera Sandoná hasta el Ingenio. El recorrido en este tramo está en siete kilómetros. Los caminantes llegaban de un lugar a otro por la carretera destapada, la conservaban con recebo extraído de un material natural de las rocas cerca al río del Ingenio. La Zona de carreteras transportaba éste material a varias vías del departamento de Nariño. Para nosotros, niños de la época, nos tocaba a veces desviarnos por la trocha de la vereda de la Cruz de la Arada. La historia nos refiere que aquí llegó una comunidad religiosa de las Madres Conceptas; los historiadores dicen que fue la fundación de Sandoná, no propiamente con este nombre. A nuestros estimados lectores los remitimos a leer a los investigadores que han escrito sobre estos aspectos.

Los camiones u otros carros de la época tenían que tomar la vía por la Altamira, la carretera cubierta por el material de las rocas del Ingenio llegaba hasta la ciudad de Pasto. En tiempo de invierno la carretera era intransitable, en caso de huecos o barriales o derrumbes los transportadores tenían que colocar cadenas fuertes a las llantas de los carros a fin de que no patinen, para evitar un volcamiento e irse al abismo.

2. Las fiestas anuales. En todo pueblo o ciudad de Colombia y los municipios de cada departamento tienen la costumbre religiosa de celebrar la fiesta de su Santo patrón. En El Ingenio el santo, en esos tiempos, era San Antonio.

3. La banda Gardel era contratada por los fiesteros para amenizar esta fiesta, especialmente en el mes de julio tiempos de verano. Todos los músicos se las ingeniaban para llegar hasta el pueblo y hacer el deleite de festejos, tanto a los habitantes del corregimiento como a turistas que gustaban visitar este lugar de festejos, alegrías y amistades.

La Banda de músicos “Gardel”, la dirigía el maestro Juan Castillo; la música preferida era con ritmos colombianos. Se situaban al frente de las iglesias, la gente aplaudía las diversas interpretaciones, para luego dirigirse hacia el interior, para amenizar los momentos de pausas en la santa misa. Los músicos no llevaban uniforme; un ayudante recogía los sombreros u otros elementos del vestuario para que los músicos no sientan el calor del verano.

4. La llevada de la comida a los músicos. Los familiares de los músicos hacíamos caravana desde Sandoná hasta el Ingenio, llevando la comida a nuestros parientes. Mis hermanos mayores, Vicente, Lucindo, en mi caso tal vez tenía diez años (1950). Llevábamos la comida no en portaviandas ni envases especiales para los líquidos, nos acomodaban en ollas, y en botellas para el café.

En un principio era para Heriberto Cabrera mi hermano, luego para Aurelio, el otro integrante de la Banda Gardel. Como expuse anteriormente nos tocaba caminar por la trocha de la Cruz de Arada; el camino descendía hasta tomar la carretera. Nos tocaba usar alpargatas de plantilla de cabuya y la cubierta de tela, o de cuero de neumáticos; nuestros padres y nuestros hermanos músicos no podían aprovisionarnos de zapatos, ni tenis, ni de otro material.

Por lo anteriormente descrito, se pueden imaginar las forma y delicadeza para llevar las ollas y las botellas para el almuerzo de los músicos.

5. El recuerdo de esos tiempos nos llevan a contar el desafío que existía entre los dos trompetistas de la época: el Pote Mideros y Heriberto Cabrera, músicos contemporáneos, el uno radicado en Bogotá y el otro en la ciudad de Pasto. Nos contaban que cuando regresaban de cumplir con los contratos de las fiestas en el Ingenio, en las curvas cerradas, El Pote y Heriberto se colocaban frente a frente y con buenos pulmones, embocadura de trompetistas, interpretaban algunas notas, que los llevaría con el tiempo ser los mejores trompetistas de Colombia.

El Pote, empuñaba su trompeta y tocaba una canción propia de su estilo y Heriberto le contestaba del otro lado, haciendo un diálogo con sus instrumentos musicales, para deleite de sus compañeros de la Banda y de las personas que acompañaban al regreso de la fiesta del pueblo del Ingenio.

6. El retorno hacia Sandoná, lo hacíamos más tranquilos, nos bañábamos en los pozos del río Ingenio, donde aprendimos a nadar; entrabamos a los huertos o sementeras de las fincas para “robar” naranjas, guabas caña de azúcar, u otro fruto que podíamos coger, sin que se den cuenta sus dueños.

En este año 2022, cantamos desde nuestros hogares el ‘Happy Birthday’, que los cumplan feliz hasta que Dios nos dé paz, tranquilidad, salud y vida para festejar el próximo aniversario de la Parroquia del corregimiento de El Ingenio.

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