El sur de Nariño vive momentos de profunda tristeza tras confirmarse el asesinato de Jesús Adrián Marcillo, un joven transportador oriundo del municipio de Guachucal, quien había sido secuestrado el pasado 27 de agosto en un presunto retén ilegal sobre la vía Panamericana, entre Popayán y Piendamó.

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Lo que comenzó como un viaje de trabajo terminó en tragedia. Tras semanas de incertidumbre, su cuerpo fue hallado sin vida, al igual que el de la estudiante Angie Pahola Tobar Calpa, de la Universidad Nacional sede Medellín, quien también se encontraba desaparecida desde ese día.

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Durante los primeros días de septiembre, la comunidad de Guachucal y la vereda San José de Chillanquer se unieron en una marcha pacífica exigiendo su liberación. Hoy, esas mismas voces expresan dolor, impotencia y clamor por justicia.

Jesús Adrián era recordado como un joven alegre, trabajador y soñador. Su partida deja una huella imborrable en su familia, amigos y compañeros del gremio transportador, quienes han rendido homenajes en su memoria y piden al Gobierno Nacional reforzar la seguridad en las carreteras del país.

En Guachucal, las banderas ondean a media asta y el silencio refleja el duelo de una comunidad que llora a uno de los suyos. Las autoridades adelantan las investigaciones para esclarecer los hechos y dar con los responsables de este crimen que ha conmocionado a todo Nariño.

Nuestras voces de pesar para sus familiares y amigos.

Paz en la tumba de Jesús Adrian Marcillo.

Con información de Diario del Sur, Pulso y Prensur

Foto: Redes sociales virtuales