El destino está en nuestras manos

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Por: Gustavo Montenegro Cardona
gmontenegro@fondoculturanarino.org
El miércoles 26 de agosto dimos inicio a la
gira por 42 municipios del departamento, con la realización de los Foros Nariño
Decide, que promueven diálogos ciudadanos con candidatos y candidatas que
aspiran a las alcaldías municipales
. El primer ciclo de foros se realizó en
Iles, Gualmatán, Puerres, Córdoba, Contadero y Pupiales.

Finalizado este primer circuito el sábado 27
de agosto, la emoción de un trabajo coordinado, los rostros felices por la
participación de la ciudadanía de los municipios del sur, y la satisfacción
compartida por los aportes logísticos y organizativos brindados por aliados y
amigos como la Diócesis de Ipiales, la Pastoral Social y los Comités
Parroquiales de Pastoral Social, fueron emociones que terminaron en el cesto de
la desilusión cuando avanzada la noche se notificó por diversas redes sociales
el asesinato de Giraldo Ojeda Moreno, candidato a la alcaldía de San José de
Albán
.
En el proceso electoral no hay delitos
menores. Que cinco municipios de Nariño estén en el mapa de las localidades con
mayor riesgo de trashumancia es una alerta significativa. Que desde 2011 se
advierta sobre la presión que ejercen grupos armados para influenciar en la
ciudadanía sobre a quién elegir en el pacífico o la cordillera tampoco es
asunto pasajero. Que el precio de compra-venta de un voto se negocie como si se
tratara de un producto de la bolsa de valores merece toda la atención de las
autoridades de observación, veeduría y seguimiento electoral
. Igual
consideración merece el costreñimiento al sufragante, o la alteración de los
resultados finales, o cualquiera de los 11 delitos electorales enmarcados en la
ley colombiana.
Sin embargo, el asesinato, la violencia en su
máxima expresión, el acallar al otro desde la fuerza de las balas y el odio,
rompe cualquier límite de justificación para desear acceder al poder político.
No puede haber excusa que signifique validar la muerte de un candidato o
candidata a las diferentes corporaciones públicas
.
La muerte de Giraldo Ojeda Moreno por un
sicario que irrumpió en medio de su sede de campaña refleja la corrupción de un
sistema que debe ser castigado
, también, por la ciudadanía que tiene en sus
manos el poder de la elección, la capacidad de la decisión.
Cuando un aspirante a un cargo de elección
popular es asesinado, significa que hemos tocado fondo en la incapacidad de ir
a las urnas desde el debate electoral sustentado en la capacidad de argumentar,
de promover ideas
, de sostener propuestas con proyección, o de simplemente
dialogar frente a frente para que sea la ciudadanía la que tome la que a su
consideración sea la decisión correcta.
Por esta circunstancia que atenta contra la
credibilidad en el sistema electoral, surge justamente la necesidad de soñar en
un deber ser que recomponga la fragilidad de esta democracia
que hoy está en
manos de oscuros poderes que se sostienen porque también hay quienes en las
urnas o fuera de ellas han ayudado a mantenerlos en el umbral.

Porque no podemos aceptar una muerte más,
porque es hora de reconstruir el tejido social democrático, porque no puede
abrirse campo a la violencia electoral, surge con mayor urgencia el llamado a
que quienes pueden tomar la decisión de elegir, lo hagan desde la conciencia
pública, desde el sentido colectivo
, desde el bien común para que el destino
cambie, se altere, se modifique, se reconstruya. Por eso, usted, yo, todo
ciudadano y ciudadana tenemos en el voto la opción de ver otro mañana posible.

Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.

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