El Despertador del Sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
A partir del pasado lunes 6 de septiembre nuevamente los estudiantes de las instituciones educativas oficiales y colegios privados de Pasto, para nuestro caso, desde el grado de preescolar al grado once, en medio de tantas expectativas, nuevamente regresaron a las aulas escolares, pero lo hicieron solamente los estudiantes que fueron autorizados por sus padres de familia; quienes no lo hicieron, continúan recibiendo las clases desde su casa de manera virtual.
Que ojalá, que tanto los estudiantes como los profesores, hayan encontrado unas instalaciones físicas, muy bien dotadas, con los protocolos de bioseguridad exigidos por el Ministerio de Salud, como son: aulas con suficiente ventilación, el distanciamiento de dos metros en cada aula de clase, los suficientes lavamanos para evitar aglomeraciones y con su respectivo jabón y toallas desechables; obviamente, el uso adecuado del tapabocas por parte de los estudiantes, profesores y demás trabajadores y confiemos, que nada anómalo pueda suceder por este coronavirus que aún no ha desaparecido.
Creemos que lo más aconsejable era continuar con las clases virtuales, como lo venían haciendo desde el año pasado, esperar incluso, la terminación de las edificaciones en construcción o al menos que todos los estudiantes estuvieran vacunados; pero como en Colombia muchos de nuestros legisladores legislan y dictan normas desde los escritorios, sin conocer la realidad que viven los colombianos, en este caso los niños, las niñas y los adolescentes, muchas veces sesgadas, acomodadas a los intereses y de unos pocos y en detrimento de las grandes mayorías, sin importarles, incluso la suerte de los niños, como lo demostró la Célebre Corte Constitucional que no aprobó la cadena perpetua para los violadores y asesinos de niños.
Al regresar a las aulas escolares, también la nostalgia embargó a muchos maestros, porque no encontraron a sus compañeros maestros, rectores y profesores, quienes ya no volvieron porque el Covid-19, los arrebató de este mundo y se los llevó a los confines de la eternidad en ese viaje sin retorno, por ellos, sin duda, elevaron una Plegaria al Todopoderoso por su descanso eterno.
AL MÁRGEN: Llegó a mi manos el libro titulado El Concejo de Pasto, El Umbral de la Democracia, y me extraña la pobreza de contenido y la escasa investigación, tratándose de una obra tan importante y del talante de los historiadores Álvaro Figueroa Mora y Harold Ruiz Moreno, coautores de la obra; mis expectativas por conocer y leer este libro eran grandes, pero… “me desinflé”. ¡Qué lástima!
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