Posteriormente, ingresaría a esta agrupación musical Hipólito Jojoa tras la trágica desaparición de Segundo Vivanco, violinista, que arrastrado por la nostalgia característica de su gente decidió acabar su vida escuchando los bellos acordes de la melodía “ausente de Colombia”, que interpretaba magistralmente en su violín.
mañana, Agualongo y Cachirí (Vol. 1).
Cuentan con alborozo los protagonistas de esta hazaña que “viajar en el planchón de esa camioneta nos permitió conocer ciudades y regiones lejanas para nosotros” y que fueron momentos únicos e inolvidables pues “en cada región o poblado la gente al vernos llenos de polvo, sucios y llenos de alegría nos preguntaba el motivo de nuestro viaje y al enterarse nos pedían que tocáramos nuestras canciones. Fueron momentos en verdad inolvidables, pues el nombre de Nariño se oía en las gargantas de muchas personas que contentas y alegres bailaban y cantaban nuestros sones”.
Vallejo, “al ver un video de Hipólito Jojoa en las redes sociales se me encendió nuevamente el alma y me prometí grabar un CD con Hipólito Jojoa, el último juglar de Ronda lírica, como un homenaje a cada uno de sus integrantes y de paso reconciliarme con mi niñez, con mi tierra y con mi gente”.
para en su entorno morir.