Visión de mujer

Por Elsy Melo
Maya

Contamos con el
primer paso en firme en la búsqueda de la paz. Los acuerdos adelantados representan sin lugar a dudas, esa parte fundamental relacionada
con la voluntad de los actores. Pero
será el pueblo colombiano el encargado de darle o no continuidad a este
propósito nacional; de ahí la importancia que reviste el participar en el plebiscito del 2 de octubre. Un verdadero compromiso ciudadano, quizá más
importante que cualquier otra elección popular. 

El acuerdo
final ya fue publicado, no obstante continúan las especulaciones y las
interpretaciones desde los diferentes puntos de vista, individuales y sectarios
unos, respetables y objetivos otros. Toda opinión merece respeto, pero quienes
seguimos creyendo en la posibilidad de iniciar un nuevo camino hacia la
búsqueda de la paz, consideramos que hoy estamos frente a una oportunidad real.
Más allá de las sanciones o penas privativas de la libertad o de si es legal o ilegal el acuerdo,
deberíamos centrarnos en la trascendencia del contenido y no quedarnos en el
espectáculo mediático  de causar polémica
y desinformar. 

Los acuerdos
plasmados, constituyen un reto de transformación para el país. Si bien existen
temáticas especiales y complejas, no podemos desconocer que las propuestas,
compromisos y políticas públicas que serán objeto de ajustes normativos y
desarrollo para su efectiva aplicación, constituirán un avance en la búsqueda
de la justicia social y la equidad en Colombia. A manera de ejemplo, desde siempre el sector campesino ha
reclamado una mayor atención en cuanto a su acceso a los servicios de salud,
educación, créditos blandos, sistemas de riego, infraestructura vial adecuada,
precios justos, subsidios agropecuarios, apoyo tecnológico y asistencia
técnica…y es justamente lo que consagra el acuerdo final, para solo señalar
uno de los propósitos relacionado con la reforma rural integral que se
pretende. Disponer de una información amplia pero sobre todo veraz,  es fundamental para  contar con los elementos de juicio que
permitan la toma de decisiones acertadas.

Si el pueblo
refrenda con su voto el acuerdo para el fin del conflicto, llevarlo a la
práctica implicará un reto y un desafío histórico para el Estado y la sociedad
entera. Todo está por hacerse. ¡Si a la
paz!

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