En el día de la mujer

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El despertador del sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com

El pasado lunes 8 de marzo la historia Universal, conmemoró esa terrible tragedia que sufrieron más de un centenar de mujeres de la confección, cuando un 8 de marzo de 1857, en Nueva York, fueron encerradas en su propia fábrica y prendidas fuego, muriendo calcinadas varias decenas de ellas, por el delito de reclamar sus justos derechos laborales y sociales.

Este lamentable hecho sirvió para que en 1910 por iniciativa de Claras Setkin y en el marco de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, se proclamara el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, pero solamente 1975 la ONU estableció oficialmente este día, 8 de marzo, como el Día Internacional de la Mujer.

En la actualidad no hay país en el mundo que no conmemore este día pero en esta ocasión no fue la conmemoración y la celebración que la mujer se merece por culpa de este coronavirus, no obstante,fue oportuna la ocasión para rendir tributo de admiración, de respeto y gratitud, al ser más maravilloso de la creación, la que todo lo sabe y todo lo puede, la que Dios envió a la tierra para cumplir la sublime misión, convertirse en madre y de hecho, en las progenitoras de la humanidad.
Interesante debería ser que, utilizando la redes sociales y la virtualidad, dedicar un tiempo, así sea corto, para reflexión sobre ese trascendental papel que ha desempeñado la mujer a lo largo de la historia de los pueblos, convirtiéndose, a pesar de las actitudes absurdas del hombre, actitudes de machismo, en las verdaderas forjadoras y constructoras de una nueva sociedad, una sociedad pujante, igualitaria, en Paz y con justicias social.

Es hora pues, de resaltar sus heroicas luchas libradas por la reivindicación de sus derechos de igualdad frente a los hombres, gracias a ellas, y a costa de muchas mujeres que ofrendaron su vida, las podemos ver hoy, equiparadas con los hombres y ocupando también importantes cargos en la vida pública del Estado, pero aún queda mucho más para que a la mujer le demos y reconozcamos realmente sus derechos; respeto y defensa que tenemos que empezar desde el hogar, desde las aulas escolares, desde nuestro sitio de trabajo.

“La mujer no fue hecha de la cabeza del hombre para superarla, ni de los pies para pisotearla, fue hecha del costado, debajo el hombro, cerquita del corazón para ser amada, respetada y protegida”

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