Visión de mujer
Por Elsy Melo Maya
elsy.ya@hotmail.com
La descentralización administrativa y la democracia local, fueron impulsadas contra viento y marea por Luis Carlos Galán Sarmiento, como una de sus principales causas para tratar de construir, diseñar y fortalecer una verdadera democracia en Colombia. Y así lo recopila la Corporación Promotora de las Comunidad Municipales de Colombia:
“Para Galán la democracia local debía conducir, en estricto sentido, a una verdadera democracia cotidiana, es decir a una de todas las horas y de todos los días, una de todas las gentes y de todos los lugares. Así, sencilla y constante la idea de la democracia cotidiana debía clavarse en el alma de cada colombiano como otro principio tutelar de los que han hecho grande a nuestro pueblo y de los que le han brindado el coraje suficiente para sortear con éxito los desafíos de sus enemigos.
En el pensamiento de Galán, la democracia cotidiana debe ser, a la par, un estilo de vivir y una convicción doctrinaria, una actitud frente a la sociedad civil y una definición frente a las responsabilidades ciudadanas, una condición de vida y un estado de vida permanente. La democracia cotidiana a la que Galán aludía citando en ocasiones a su amigo Borja, exige la apertura de los espacios para la deliberación y la participación en la sociedad, la reducción de las distancias entre los individuos y el estado, la superación de las barreras interpretativas que le impiden a los dirigentes entender cabalmente lo que le sucede a las comunidades y, por supuesto la eliminación de los vicios que han distorsionado el querer y el sentir popular permitiendo que algunas de sus limitadas manifestaciones sirvan para legitimar actitudes, posiciones y comportamientos que se apartan diametralmente de lo que el pueblo quiere y necesita.”
En vísperas de celebrarse la primera elección de alcaldes en Colombia, los diferentes analistas políticos de las regiones advertían, que el nuevo Liberalismo sufriría una estrepitosa derrota en esas elecciones. Al respecto comenta Juan Lozano Ramírez: “Galán, con la sonrisa de cuando sabía que el tiempo le daría la razón, nos volvió a explicar porque teníamos que perder unas elecciones si una noble causa así lo justificaba, y porque era más importante el efecto de la defensa de un principio sobre un pueblo, que la obtención de algunos votos en una elección”. Para Galán, debíamos librar las batallas que fueran necesarias hasta activar en cada municipio el proceso de maduración colectiva frente a una democracia local que implicara en verdad, el real ejercicio de los derechos políticos de cada uno de los ciudadanos.
26 de agosto de 2019
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