‘Golpe bajo’

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Endulzando las
palabras
Por Iván Antonio
Jurado Cortés
iajurado@yahoo.com
Uno de los proyectos
novedosos en la presidencia de Gustavo Rojas Pinilla en 1954, fue el inicio de
la televisión pública
, especialmente en las capitales más pobladas.

En ese
pasaje de la historia nacional se creyó que al llegar tan novedoso medio de comunicación
iba a contribuir al desarrollo de las comunidades, motivo que la información
oportuna es necesaria para la institucionalidad, armonía e integración de los
conceptos en beneficio de una nación; aunque al principio cumplió con lo
estipulado en la Constitución Política (libertad de expresión, sano
esparcimiento y derecho a la información), con el paso del tiempo se fue
transformando en una herramienta eficaz para la manipulación, intromisión,
idiotización e irracionalización del ser humano
.
No hay duda que los
tentáculos maquiavélicos de la política neoliberal vienen presionando y
apañando casi todos los sectores de la economía y sociedad del país del
“Corazón de Jesús”, siendo unos más afectados que otros, ejemplo claro, los
medios de información como la prensa, radio y televisión
.
Los gobiernos de
turno, enceguecidos por el afán de ser protagonistas y acoger en su totalidad
las directrices impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional no vacilan en arremeter cruelmente contra entidades que hasta el
momento eran responsabilidad directa del Estado
, amparados en el débil
argumento que no son viables económica ni socialmente, y que, la solución
perfecta es la semiprivatización o venta a extranjeros.
Fue así como
lentamente se abre la puerta a inversionistas foráneos, la mayoría con ganas
avasalladoras de los recursos naturales, económicos y culturales de una
sociedad hipnotizada por los encantos embrujadores del modelo capitalista.
Empieza la intervención despiadada de las áreas mineras; desplazamiento de
campesinos; estigmatización a poblaciones vulnerables, indígenas y
afrocolombianos
; y por supuesto el cierre de centenares de entidades y empresas
gubernamentales dejando en la ruina a millones de ciudadanos, aumentando el
desempleo y por ende el recrudecimiento de la violencia.
Entre los sacrificados
están medios de comunicación en todas sus formas; es de anotar la manera como
emisoras de gran importancia para las comunidades (Radio Sutatenza) entre
otras, desaparecen del espectro electromagnético
; lo mismo canales televisivos,
y los que no, pasaron a un tercer plano.
Por el contrario, la
legislación nacional enfoca su objetivo en facilitar espacios ideales para la
incursión de la empresa privada en la creación y administración de radio y
televisión; cuya característica principal es la ‘guerra del centavo’: ¿Qué
ofrezco? ¿Qué vendo?, siendo el argumento para entrar a una oferta de productos
estructurados y encaminados a atrapar la mirada u oído del colombiano, donde no
importa la calidad y contenido, solo la venta
.
En la última década y
bajo el auspicio de las autoridades competentes, la televisión y radio
comercial vienen supeditadas a un propósito netamente mercantilista,
desconociendo la cultura e idiosincrasia de las pobladores
; de esta manera las
parrillas de programación en el 90% de su contenido son espacios netamente
creados para los famosos realitys o programas monótonos como los mañaneros y
vespertinos. Obviamente que este tipo de estilos solo contribuyen a la
desinformación, alteración de la naturalidad, embrutecimiento y retroceso en la
educación natural.
Un pueblo
desinformado, es un pueblo ignorante en todos los aconteceres políticos,
administrativos, sociales y culturales
”, volviéndose vulnerable, fanático,
agresivo, violento y destructor de su propia costumbre e identidad. Hoy en día
es normal en estos canales simultáneamente observar shows cargados de músculos,
nalgas, besos, sexo y conversaciones estúpidas; mientras que los agónicos
medios institucionales hacen intentos, a veces inútiles en pro de salvaguardar
y fomentar la verdadera riqueza colombiana en todos sus aspectos.
El país no aguanta más
realitys, peor en una sociedad intolerante, ambiciosa y con sed de ‘Goliat’; al
contrario, el objeto debe ser contrarrestar todo accionar violento y delictivo
a través de  la información, dirigida al
rescate cultural, social y político. La educación de los nacionales tiene que
motivarse desde todos los frentes
, y los medios informativos también están
obligados en aportar a este urgente objetivo.
El gobierno está en la
responsabilidad de analizar detenidamente el deterioro de los contenidos
radiales y televisivos
, y de esta manera corregir e implementar programas de
calidad, contribuyendo a salvaguardar la dignidad nacional y fortalecer el
tejido social; más ahora con un tema trascendental como los acuerdos de paz.
Nuestra cultura está en juego. Estos medios de comunicación se han
caracterizado por importar paquetes netamente anticulturales. Es un golpe bajo.

Sábado, 13 de febrero
de 2016

Este es un espacio de opinión destinado a
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pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.

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