III Feria Internacional del libro de Pasto

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Desde Nod

Por Alejandro García Gómez.
pakahuay@gmail.com
Entre 24 y el 29 de septiembre
pasado, se desarrolló la Feria Internacional del Libro en Pasto. Aunque se
viene ejecutando desde 2007, en 2016 se juntaron esfuerzos con la capital del
Carchi, Tulcán (ya con algunas editoriales ecuatorianas), para la primera feria
internacional
. Toda esta actividad la ejecuta un selecto batallón, que aúna su
esfuerzo personal en fundaciones, como Quilqay dirigida por una guerrera
cultural del sur, Mariela Guerrero, otra más de nuestras modernas, bellas y
valientes guaneñas de jeans, saco de lana o chaqueta y botas, para
contrarrestar las modernas batallas contra la ignorancia y contra los vientos
que bajan del Galeras. Mujeres “verracas” como ella hay otras que –injustamente
por el espacio- me es imposible mencionar a cada una.

A raíz de la publicación de mi libro
“Sur, donde las rocas secretamente florecen. Crónicas”, por la Alcaldía de la
ciudad de Pasto este año, fui invitado a presentarlo junto con otras obras más,
publicadas por la misma institución. Desafortunadamente para mí, inconvenientes
de última hora, me impidieron viajar. Ese es un retorno al que mi corazón se
prepara alborozado siempre, como un niño, siempre. De la Feria sé que fue un
éxito
, aunque siempre habrá conspicuas personas que piensen que éste sólo lo miden
los miles de millone$ en venta$. ¡Qué le vamos a hacer!
La aceptación de la lectura -como
costumbre vital del espíritu- es un proceso largo
, que sólo algunas ciudades la
han comenzado. Ese vicio –a la larga- también incrementará el negocio de los
libros, claro. En nuestros municipios nariñenses (¿en toda Colombia?) no es si
no comparar el grueso dinero que sus alcaldes gastan en días y noches de fiesta
de licor y tablados, con el avaro que destinan a la lectura: ¿millone$ vs cero?
Y quisiera que mi Sandoná no estuviera entre los del cero, pero…
Con el debido respeto, deseo hacer
tres propuestas en relación con esta feria y con la lectura:
1.- Convertirla en un punto de
encuentro familiar y de amistad
. Que los espacios gratuitos de su programación
se conviertan en los ansiados lugares anuales para el palique y la reunión
informal de amigos y familia, alrededor de los libros. Innegablemente las
autoridades deberán ampliar los presupuestos.
2.- Erigir un stand donde se puedan
intercambiar libros leídos (o usados, si lo prefieren)
. Éstos abarcarían todos
los géneros de la literatura, la historia, las biografías, etc. No libros
técnicos ni escolares. Que el intercambio sea un libro por otro no importa su
tamaño, costo, etc. Todos deberán ser legales, es decir publicados bajo los
pasos de la ley. Con el tiempo se podría pensar en una institución o fundación
que, con algún apoyo institucional, tome para sí el trabajo de hacer una sede
(o biblioteca) de estos libros donde cada lector vaya e intercambie lo que necesita,
hasta cierto límite –por día o semana, etc-, durante todo el año. Algunas
instituciones como la Biblioteca de la Universidad Eafit, de Medellín, tiene
una larga y brillante experiencia en esto.
3.- (Quizá más difícil por los egos
políticos), que entre la Alcaldía de Pasto, su Concejo, la Gobernación de
Nariño y su Asamblea, juntaran esfuerzos, voluntades y pre$upue$to para crear
-en un acto jurídico- un Fondo Editorial (Nariñense) para una colección anual
de autores nariñenses, nativos y “adoptivos” con arraigo reconocido
. Que ese
fondo posea herramientas jurídicas para comercializar una parte de las obras,
aquellas que no se destinen al beneficio de los colegios, universidades y
bibliotecas públicas del Departamento de Nariño y del Estado, para distribuirlas
por medio de editoriales u otras ferias. Que no esté sujeta a la bonhomía del
mandatario de turno (p ej. ahora con la alcaldía del profe Pedro Vicente
Obando, y en el pasado con la del profe Raúl Delgado). Que se convierta en
norma institucional a cumplir. Que los jurados para la escogencia a la anual
convocatoria sean -a toda prueba- confiables: éticos y competentes. Que además
se contemple que si el jurado, en su sabio saber y entender, declarara desierta
la convocatoria (por falta de calidad, a su juicio), se respete la decisión.
La única beneficiaria de estas
propuestas sería la sociedad nariñense y colombiana
, es decir, una parte de la
humanidad, es decir, la humanidad misma. 12.X.2018

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