Durante el Carnaval Multicolor de la Frontera en Ipiales, la prohibición del uso de talco, decretada por las autoridades locales, fue recibida con entusiasmo por los habitantes. Muchos calificaron esta medida como “la mejor decisión que se ha podido tomar”, destacando sus beneficios para la calidad del aire, la salud de los asistentes y el entorno urbano.
En contraste, el Carnaval de Negros y Blancos en Pasto permitió el uso del talco, lo que generó críticas debido a los problemas ambientales y de salud derivados de esta práctica. La contaminación del aire, la acumulación de desechos y las complicaciones para la limpieza urbana fueron algunos de los principales inconvenientes reportados durante las festividades en la capital nariñense.
Un desafío cultural y administrativo
Aunque el uso del talco en Pasto ha generado debates, su prohibición no es una decisión sencilla. El talco es parte esencial del juego dentro del Carnaval de Negros y Blancos, una festividad declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Alterar esta tradición podría poner en riesgo dicha denominación, lo que obliga a buscar alternativas que equilibren la conservación del patrimonio con la protección ambiental y la salud pública.
Por otro lado, en Ipiales y otros municipios, una medida administrativa fue suficiente para restringir la venta y uso de este producto. Esta acción fue ampliamente respaldada por la ciudadanía, que valoró el impacto positivo en la convivencia y el cuidado del entorno durante los carnavales.
Reflexiones para el futuro
La experiencia de Ipiales plantea una reflexión sobre la necesidad de ajustar tradiciones a las exigencias actuales de sostenibilidad. Si bien el contexto cultural de cada celebración debe ser respetado, la implementación de medidas responsables y concertadas podría garantizar festividades más seguras y amigables con el medio ambiente en toda la región.
Con información de Nariño Ahora
Imagen: Nariño Ahora