Jazmín Ordóñez Toro: la astrofísica nariñense que se enamoró del cielo estrellado de Belén

Jasmín Ordóñez Toro, doctora en astrofísica
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Tomado de cambiocolombia.com

Jazmín Ordóñez Toro se enamoró de la astronomía al ver el oscuro cielo estrellado de Belén, Nariño. La joven doctora en Astrofísica habló con CAMBIO sobre sus pasiones, las brechas de género en la ciencia y los misterios de las estrellas binarias.

Por: Gabriela Casanova

La pasión por la ciencia puede surgir de algo tan simple como una noche estrellada. Ese fue el caso de Jazmín Ordóñez Toro, una joven astrofísica nariñense que acaba de recibir su título de doctorado con 35 años.

Ordóñez estudió Física en la Universidad de Nariño y obtuvo la maestría en Ciencias en la Universidad de Guanajuato. Este año culminó su doctorado en Astrofísica en el Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México. No fue fácil. Detrás de esos títulos sofisticados hay una historia de resiliencia y disciplina.

Para llegar al colegio debía caminar casi una hora, y bajar y subir la montaña, ya sea bajo la lluvia o los intensos rayos del sol. Sin embargo, eso nunca la detuvo, pues sus padres le enseñaron que “la educación es un acto de resistencia”.

Como otros jóvenes que crecen en zonas rurales y deciden continuar sus estudios en la ciudad, aplicó a la Universidad de Nariño, en Pasto. Allí enfrentó el reto de adaptarse a la ciudad y a la universidad. Pero su camino no se detuvo allí. Años más tarde, emprendió un viaje a México para seguir persiguiendo sus sueños.

jazminObservaciones con el telescopio personal de Jazmín Ordóñez en Zacatecas, México. Créditos: Cortesía

CAMBIO habló con Ordóñez Toro sobre sus pasiones, las brechas de género en esta carrera, la verdadera naturaleza de la astrofísica y las estrellas binarias, un tema que ha estudiado desde su maestría.

CAMBIO: ¿Cómo surgió su pasión por la ciencia?

Jazmín Ordóñez Toro: Viví en una zona rural de Belén, no en la cabecera municipal, sino en la vereda Los Planes. En esos lugares, el cielo es muy oscuro, no hay mucha contaminación lumínica. Recuerdo que, en las noches de verano, salía con mis hermanos al patio, jugábamos y podíamos ver el cielo estrellado. Eso me gustó mucho desde niña.

También me empecé a dar cuenta de que la física era fundamental para explicar todos los fenómenos que observamos en la naturaleza. 

CAMBIO: En los últimos años, se han lanzado campañas y creado programas para incentivar a las niñas a que estudien ciencias. Sin embargo, aún existen brechas de género en la educación. ¿Cómo fue su experiencia?

J.O.T.: Cuando yo entré al primer semestre de Física, éramos 50 a 60 estudiantes. Es curioso porque, más o menos en el tercer o cuarto semestre de la carrera, de esa cantidad solo quedaban unos 15, de los cuales apenas tres éramos mujeres. Más adelante, ya éramos solo dos.

Cuando llegué a la maestría, fue muy bonito porque entramos tres mujeres. Eso me dio mucha motivación porque venía de una carrera que prácticamente la hice sola. Las tres terminamos juntas la maestría, y fue una etapa bonita porque colaboramos entre nosotras. En el doctorado, la brecha sigue siendo grande, pues hay menos mujeres, pero siento que ya se ve un poquito más de presencia femenina en las maestrías y doctorados en ciencias.

CAMBIO: ¿Por qué cree que siguen siendo pocas las mujeres en este tipo de carreras?

J.O.T.: A veces piensan que estas carreras son muy difíciles y te dicen: ‘Es muy difícil, es para hombres’. Eso cala en el pensamiento colectivo. Recuerdo que siempre que mencionaba que estudiaba física, me decían: ‘Ay, pero usted debe ser muy inteligente’. Ese pensamiento de que tienes que ser demasiado inteligente porque estudias una carrera de este tipo, a veces influye en las niñas.

jazmínEclipse total de Sol en abril de 2024, en Durango, México. Por unos minutos, el cielo se oscureció a plena luz del día. Créditos: cortesía

CAMBIO: ¿Qué le diría a esas niñas que desean ser científicas, pero se han visto desmotivadas?

J.O.T.: Recuerdo que, de niña, no tenía muchas expectativas ni sueños porque vivía en un lugar remoto, donde no ves muchas posibilidades en tu vida. Quiero decirles a esas niñas que, si tú sueñas con algo, puedes hacerlo, aunque las circunstancias sean difíciles.

Si te gusta la ciencia, no importa lo que te digan. Si los demás, solo por el hecho de ser mujer, piensan que eres menos inteligente o que no puedes con las matemáticas, siempre lleva esa convicción interna de decir: ‘Yo sé lo que soy, sé lo que puedo’ y reconoce tus capacidades.

La ciencia realmente es algo muy maravilloso de estudiar. Aprendes a ver el mundo de una manera diferente, y eso es muy satisfactorio.

CAMBIO: ¿Cómo estudiar astrofísica va más allá de observar constelaciones y galaxias?

J.O.T.: Romantizamos mucho la astronomía y la astrofísica. Cuando estaba en el colegio, yo decía: ‘Ay, quiero estudiar el universo, las estrellas, ese cielo tan hermoso’. Cuando llegué a la carrera, me di cuenta de que para nada era quedarme solamente viendo las estrellas toda la noche, porque la mayoría de los telescopios actuales son robóticos.

Nosotros no estudiamos de esa forma. Es un poquito más introspectivo. Lo que hacemos es más un análisis de los datos de la luz que nos llega y, a partir de esto, estudiamos los procesos físicos y la evolución de asteroides, nuestro propio sistema solar, las estrellas lejanas, los planetas y las galaxias en general. Esto involucra matemáticas y usamos mucho las herramientas computacionales para ello. Al final, es divertido.

jazmínPresentación del  trabajo de Jazmín Ordóñez sobre estrellas binarias en MIT Haystack Observatory, Estados Unidos. Créditos:cortesía

CAMBIO: El tema de su tesis doctoral fue sobre las estrellas binarias. ¿Qué son?

J.O.T.: Las estrellas binarias son sistemas como nuestro Sol, pero la diferencia es que tienen dos. Es como si estuviéramos aquí en la Tierra y viéramos en el cielo dos soles. Algo curioso es que, de todas las estrellas que ves en la noche, más del 50 por ciento son binarias.

CAMBIO: ¿Cómo funcionan estas estrellas? ¿Por qué no chocan entre sí?

J.O.T.: Están en interacción gravitacional, es decir, están girando alrededor de un punto común: el centro de masa. Puede haber sistemas binarios en los que una estrella sea de poca masa y la otra más masiva, o en los que ambas tengan masas iguales. Existen muchas composiciones en estos tipos de sistemas estelares. Un ejemplo es el sistema S1, compuesto por una estrella masiva y una de menor masa.

También, hay sistemas múltiples con tres o más estrellas. Incluso si es un sistema de cinco estrellas, todas van a girar en torno a ese centro de masa. Un ejemplo es Alfa Centauri, que está compuesto por tres estrellas.

CAMBIO: ¿Y los planetas en esos sistemas binarios?¿Cómo interactúan con esas estrellas?

J.O.T.: En los sistemas binarios, donde cada estrella tiene planetas, todo depende de su distancia, de qué tan cerca estén una de la otra. Si están muy separadas, los sistemas planetarios pueden funcionar de forma bastante independiente, sin molestarse mucho. Pero si están más cerca, la gravedad de una estrella puede empezar a afectar a los planetas de la otra; eso puede cambiar las órbitas, hacerlas inestables o incluso sacar a un planeta del sistema.

También puede pasar que, si las estrellas están en proceso de formación, la presencia de una compañera afecte el disco de gas y polvo donde se están formando los planetas. Entonces, dependiendo de la distancia y las masas, puede ser un sistema muy tranquilo o algo bastante caótico.

CAMBIO: ¿En qué consistió su tesis doctoral sobre estrellas binarias?

J.O.T.: Mi tesis doctoral se centró en estudiar sistemas múltiples y binarios de estrellas muy jóvenes, que todavía están en sus primeras etapas de formación, es decir, más jóvenes que nuestro Sol. Lo que hice fue observar y estudiar su dinámica orbital, usando observaciones de radiotelescopios que se encuentran en Estados Unidos. 

El objetivo principal era calcular sus masas, y eso es superimportante porque la masa de una estrella define casi todo: cuánto tiempo va a vivir, cómo evoluciona y cómo va a terminar su vida. Medir directamente la masa de estrellas tan jóvenes nos ayuda a entender si los modelos teóricos que usamos para explicar cómo nacen las estrellas realmente están en lo correcto. Entonces, con este trabajo, aporté datos observacionales clave para probar o ajustar esos modelos, por ejemplo con el sistema binario S1 en la región de Ofiuco, la cual descubrimos que su masa es mucho menor a la reportada previamente  a partir de los modelos.

cortesiaHaystack Observatory, MIT, en Estados Unidos. Créditos: cortesía

CAMBIO: Este año terminó con broche de oro por dicha tesis doctoral. Ahora, ¿qué tiene pensado hacer en el futuro?

J.O.T.: Es una pregunta bastante complicada. Soy muy realista. Resulta que la investigación en este ámbito es muy difícil para encontrar trabajo, porque, como sabemos, la ciencia en Latinoamérica no está del todo apoyada. En Colombia es aún más difícil. De hecho, eso fue lo que me llevó a salir de mi país y estudiar en otro lugar.

La opción sería hacer un posdoctorado, entrar a una universidad y tratar de seguir investigando allí, además de realizar labores docentes, que es algo que me gusta mucho, junto con la divulgación científica. Pero, incluso, esas plazas son difíciles de acceder.

Algo que me llena de esperanza es saber que en Pasto se viene un proyecto maravilloso: el nuevo Observatorio Astronómico de la Universidad de Nariño y el futuro Centro de Ciencias a cargo del profesor Alberto Quijano Vodniza, el cual contará con el telescopio más grande de Colombia. Para mí sería un sueño poder aportar desde allí, contribuir con mi experiencia, y continuar con mi investigación, además de incentivar a nuevos estudiantes de la región en la ciencia.

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Nota original:

https://cambiocolombia.com/ciencia/doctora-astrofisica-narinense-jazmin-ordonez-estudia-misterios-estrellas-binarias

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