Desde Nod
Por Alejandro García Gómez
pakahuay@gmail.com
El sonar de vítores y campanas se escucha en el mundo y no es para menos. La novela póstuma de nuestro orgullo nacional, sale a la luz este 6 de marzo, coincidente fecha en que uribistas, petristas desencantados y un resto de gentes cansadas salen a la calle a manifestarse en contra del gobierno Petro.
Pero en gran parte de Europa y América, principalmente América Latina -y nuestro país en primer principalmente- estamos de plácemes por la novela “En agosto nos vemos”. En Colombia, la marcha antipetrista ha pasado a un “segundísimo” segundo o tercero o cuarto plano (o más allá). Todos parecemos contar las horas y minutos hasta que en Madrid (España), en la sede de Randon House comience la ceremonia de presentación de la novela.
Con Gonzalo y Rodrigo García Barcha se han llenado de decenas de páginas, charlas y videos de entrevistas entregando los pormenores de toda la parafernalia de la edición, pero hasta ahora no he leído ni visto ni oído nada parecido a algo en donde ellos mencionen a su hermana media Indira Cato (nacida en 1990), hija del amor de Gabriel García Márquez (63 años para entonces) con la entonces joven periodista, escritora y cineasta mexicana Susana Cato. Indira tiene el derecho de estar ahí, como también lo tenía en la decisión de la familia García Bacha de la entrega que hicieron de la obra de Gabo a la Universidad de Texas. Gonzalo y Rodrigo nunca jamás la han tenido en cuenta ni para eso y no sé si tampoco para distribuirle la parte de la herencia que le correspondía.
¿No les parece extraño? A mí me parece un actuar infame y despreciable.
5.III.24
