La mata que mata

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Manzanas verdes
Espacio por la convivencia y la cultura ciudadana
Por LuccA
lucio-melo@hotmail.com

Cuando pasábamos por el palo de “Caspe” había que escupirlo no recuerdo si tres veces, para que su defensa natural biológica no nos alcanzara (esto es: para que no nos pegara chanda), que era nada más ni nada menos un brote “salpullido” en la piel al ser expuesta involuntariamente a los componentes del temido árbol. Por azar del destino, su desarrollo obedece a la creación divina, su naturaleza silvestre creería yo, está sujeta a eso que decimos: de todo hay en la viña del señor, porque no creo que alguien haga semillero para propagarlo, a no ser que el inocente árbol tenga propiedades no sé de qué particularidades, para ser digno de sembrarlo.

La afectación en la piel podía durar una o dos semanas, dependiendo del grado de resistencia a la alergia en cada persona y me imagino del grado de exposición a la planta.

Ahora hay otra mata que al igual que el Caspe produce grandes afectaciones, pero no solo de piel, aunque la mata de por sí no es el problema, lo digo porque ancestralmente y en el mundo contemporáneo, sabemos de sus cualidades curativas, medicinales y desde la cosmovisión humana y ancestral una planta sagrada, esa misma, la que usted está imaginando al leer esta nota, es de la que le hablo.

Esa inofensiva e inocente mata nos está invadiendo. Nuestros campos cañaduzales y cafetales, están viendo y sintiendo cómo se propaga, la tierra recibiendo por acción de su cultivo, gran cantidad de químicos, que se esparcen sin conciencia alguna, multiplicados como se multiplicará después la muerte.

Duro decirlo pero históricamente la mata solo mata y si no ponemos freno a tiempo y conformamos un frente como hace mucho tiempo se hizo para evitar que eso suceda, nuestra paz que gozamos hoy se verá gravemente afectada. Rogamos desde esta columna para que las autoridades tomen cartas en el asunto y con determinación y acompañamiento, frenemos este triste y doloroso momento,  a tiempo lo que podría ser la crónica de muchas muertes anunciadas. Desde esta columna invitamos a la comunidad en general, a tomar conciencia, estudiar y mirar el caso de muchas de nuestras regiones hoy sumidas en la desgracia y el abandono, aspirando el único y elemental derecho a la vida: vivir en paz. La mata solo Mata y hoy que el país busca transformarse, desde el corazón de cada sandoneño, sigamos viviendo en ese lugar que nos vio nacer entre cañales y cafetales, entre ríos y montañas, lejos de balas y extraños que transformarán nuestras vidas para siempre.

Villa del Rosario 6 de Abril 2022

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