El despertador del sur
por: Jorge Arturo Bravo
Desde hace más de treinta años, he venido escuchando a diferentes funcionarios de los gobiernos de turno, por los diferentes medios de comunicación, que están construyendo las famosas y “tan cacareadas” Políticas Públicas, pero no se ve absolutamente nada que sea resultado de ellas, pues la problemática que se pretende solucionar o mejorar, como es el objetivo de las mismas, por el contrario, empeora o sigue igual.
Una de esas es “La política pública del uso de la bicicleta”, aprobada hace más de dieciocho meses con bombos, platillos, timbales y el comité de aplausos del periodismo “lambiscón”, pero hasta el momento no ha servido absolutamente para nada, de hecho, todos pensábamos que este campo de la movilidad en bicicleta iba a mejorar, que la alcaldía de Pasto destinaría unos buenos millones de pesos para mejorar la movilidad tanto del peatón como del ciclista pero no fue así.
Sí realmente al gobierno municipal, a las autoridades de tránsito y transporte, al famoso “Avante” les interesara un poquito la vida y la seguridad, tanto del peatón como del ciclista, tan pronto se promulgó la “Política Pública del Uso de la Bicicleta, se debió empezar una gran cruzada tendiente a la construcción y señalización de ciclo rutas en muchos sectores de la ciudad, uno de ellos: en la avenida Panamericana, llamada con justa razón “La avenida de la muerte” pero hasta el momento no se ha hecho nada al respecto.
Lo mismo ha sucedido con las Políticas Públicas del Espacio Público, que tampoco han servido “de un carajo” pues en lugar de solucionar este problema, por el contrario, se ahondó más, y ahora vemos los andenes de la calle 17 convertidos lastimosamente en un mercado persa y otros, convertidos en talleres de motos, carros, y nuestras autoridades “mudas, ciegas y sordas” y eso que se dice que las Políticas Públicas son construidas con la comunidad. Por eso, quienes pensamos diferente y sabemos mirar más allá de las narices, nos atrevemos a decir, sin temor a equivocarnos, sin que nos tiemble el pulso o se nos resquebraje la voz, que las Políticas Públicas tan solo han sido “un sofisma de distracción” pues la solución a esas problemáticas no se han visto por ningún lado y, por el contrario, crecen más y más.